Licitadas las obras para derribar la reforma municipal sobre la Puerta del Socorro de Cartagena

El Ayuntamiento ha sacado a licitación las obras de demolición de la escalera y rampa existentes en la Puerta del Socorro, en la Cuesta del Batel, así como la creación de un nuevo acceso a la poterna. Se trata de un contrato que cuenta con un presupuesto de 138.088,1 euros y que tiene un plazo de ejecución de tres meses. Las empresas interesadas deben lanzar sus ofertas antes del 7 de junio a través de la Plataforma de Contratación del Sector Público.

Se trata de los trabajos obligados por una resolución de la Dirección General de Bienes Culturales que decretó en julio de 2023 la demolición, «con carácter inmediato», de las reformas llevadas a cabo por el Ayuntamiento en la Puerta al incumplir la Ley de Patrimonio Cultural. Una resolución propiciada por la denuncia presentada por la Asociación Cartaginense por haberse llevado a cabo sobre un Bien de Interés Cultural (BIC), la Muralla de Carlos III.

Desde el departamento autonómico se inició también un procedimiento sancionador contra el Ayuntamiento por la presunta comisión de una infracción grave recogida en la citada Ley.

Ahora, casi un año después de aquella resolución, el Gobierno local ha licitado la demolición y una nueva reforma de la Puerta, tras contratar una asistencia técnica arqueológica para el proyecto de intervención. Esa asistencia ha permitido reconocer, tras llevar a cabo tres sondeos en el pasadizo, la cota original del mismo, que se ubica alrededor de medio metro por debajo del suelo original.

Ahora, con los trabajos que se han licitado se aúna el cumplimiento de la resolución del Ejecutivo autonómico sobre la demolición de las reformas llevadas a cabo incumpliendo la Ley de Patrimonio Cultural y la rehabilitación de la Puerta recuperando su cota original, así como la visión completa de la propia entrada. Según el pliego técnico del contrato, se debe llevar a cabo la demolición de la actual pasarela de hormigón y la excavación de los niveles, hasta llegar al umbral de acceso y a las dos jambas laterales completas, eliminando la percepción actual de una puerta ‘chata’ con muy poca altura en relación a su ancho. Esto supone mostrarla en toda su dimensión, evitando que la parte inferior quede oculta.