Vilna: la iglesia de Santa Ana

Vilna es la capital de Lituania, así como la ciudad más poblada del país, con 554.060 habitantes. Destaca, sobre todo, por su centro histórico, situado en el casco antiguo, que es uno de los más grandes y mejor conservados barrios medievales de Europa del Este. El casco antiguo de Vilna fue, además, designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.

En el centro histórico se encuentra la que suele ser la primera parada de todo viajero que se pasa por la urbe lituana: la iglesia de Santa Ana. Construida entre 1495 y 1500, es un ejemplo de dos corrientes artísticas que proliferaron en la ciudad: tanto del gótico flamígero como del gótico báltico. La fachada principal, de estilo gótico flamígero, es quizá lo más llamativo. En ella encontramos arcos góticos enmarcados por elementos rectangulares para crear formas proporcionadas y simétricas. El interior del edificio está decorado en estilo barroco, como su altar. El campanario de imitacióneo-gótico fue construido en la década de 1870 siguiendo los planes de Chagin.

Otro de los lugares emblemáticos de Vilna es la Puerta del Alba, que originalmente formaba parte de las murallas defensivas de la ciudad en el periódo medieval, que tenían nueve puntos de entrada con una imagen de la Virgen María como símbolo de buena suerte para proteger la urbe. El muro defensivo fue atacado por tropas rusas en 1799 y fue destruido: sólo quedó la Puerta del Alba.

Otra parada imprescindible es la torre de Gediminas, una atalaya en la colina del mismo nombre que es la única torre sobreviviente de las tres que protegían el castillo Superior del complejo de castillos de Vilna. Es el único edificio de arquitectura gótica defensiva en Lituania que se ha conservado.

Además de estas paradas, la capital de Lituania está repleta de pequeños cafés, tiendas y restaurantes que se pueden visitar.