Mi madre me parió y después hizo todo lo demás. Es decir: educarme, vigilar mis sueños, alimentarme, regalarme un hermano y dejarme ir. ¡Menuda mujer! Así es mi madre. Una mujer que establece prioridades según la importancia de los hechos. Seguro que mi hermano no opina igual, pero seamos justos, fue así. Ocho años después le dio la vida a él, siendo una mujer más segura y con más experiencia. ¡La ventaja de ser el segundo! Así que, lo siento, pero partiendo de la figura de mi madre, para hablar de la mujer, me tengo que poner en pie. Partimos de ellas, aprendemos con ellas, y no elimino la figura del hombre cuando con cariño valoro la labor de esas señoras que como madres dejan de ser ellas para dar a los hijos, y como trabajadoras, siempre creen que pueden hacer más, y pueden. No creo que sea necesario eliminar la figura masculina para ensalzar la de la mujer, y no creo que necesite muchos floripondios. Para muestra un botón. Solo hay que mirar alrededor.