Para algunos somos un incordio, una mosca cojonera; pero somos una mariposa cojonera que piensa parar de revoletear para, como una abeja, buscar fondos estatales o europeos, resoluciones y proyectos que, con reflejo en el BOE, traigan para la ciudad de Murcia el soterramiento de las vías del tren, la necesaria circunvalación de mercancías y la mejora de las infraestructuras para la Región y la ciudad. Esperábamos que en este empeño todos estuviéramos unidos, pero parece que no es así a tenor de las recientes declaraciones de Garre.

En sus discursos, el nuevo presidente juega con los sinónimos; primero, en el de investidura, fue la simultaneidad „«será simultáneo el soterramiento y la llegada del AVE»„, y ahora juega con la idea de modernidad de un tren que va a llegar por Alicante, no por donde se prometió y dejando atrás la natural conexión por Camarillas, frente al claro atraso que supondrá para la Región y ciudad de Murcia su llegada en superficie que será seguramente definitiva.

Trece años hemos estado esperando la ´modernidad del AVE´ porque con él vendría la verdadera modernidad: el soterramiento. Pero gracias a nuestros políticos sólo acumulamos atrasos: de 2014 a 2016, por el momento.

Es evidente que están aplicando la idea del anterior Gobierno regional, dejar pasar el tiempo: ´quien resiste, gana´. Con esa idea y protegidos por un nuevo Gobierno regional vacilante, los días van pasando con la intención de enfrentarnos a una falsa dicotomía la modernidad del AVE, frente al atraso que supone su llegada en superficie.

Pero nosotros no vamos a parar, por mucha policía que nos manden, seguimos luchando por aprobar mociones de consenso; preparando nuestro desembarco en Europa; intentando concertar citas con el comisario de Transportes, de quien debería haber sido su trabajo, mientras el ministerio, fiel a sus ideas, continúa las catas dentro de la estación escondiéndose „¡como si pudiera! ¡como si los vecinos no estuvieran vigilantes día y noche!„, con la intención manifiesta de traer el tren en superficie, mientras nos dicen lo contrario.

Los ciudadanos quedamos perplejos: ¿Qué clase de derecho impera en este país, en el que los convenios pueden ser arrancados de raíz con la aquiescencia de los poderes públicos que, si bien ratifican su validez en el Ayuntamiento y Asamblea Regional, permanecen impávidos sin exigir su cumplimiento? ¿Qué confianza puede suscitar un Ejecutivo nacional que se hace trampas en solitario vulnerando los convenios? ¿Qué confianza puede suscitar un Gobierno regional que repite como un mantra que no hay dinero y perdona 183 millones de un aval a una empresa privada, que hubiera podido sufragar casi integro (195) el coste original del soterramiento según el Convenio de 2006? ¿Hemos regresado al XIX?

Estamos cansados de mentiras y de engaños, pero no de pedir lo que es justo; ahí vamos a estar al pie del cañón, acudiendo a todas las instituciones que haga falta, tocando todas las puertas; a lo largo de estos años nos hemos reunido con eurodiputados de UPyD, PSOE e IU y somos conscientes de que tenemos razón y que la Justicia nos avala y en ella confiamos, en su independencia, pues los pactos entre Gobiernos tienen que ser respetados. Sin olvidar los intentos de ADIF de traer el tren en superficie sin haber realizado la pertinente Declaración de Impacto Ambiental, pues la aprobada en 2009 lo era únicamente para el soterramiento de las vías y hacerlo de otra manera sería ilegal.

¿Hasta cuando tendremos que soportar tanto desgobierno? ¿Hasta qué limites llegarán sus audacias, algunas de ellas extralegales?

Siempre tuvimos claro que el AVE no podría llegar en 2014, como empezaron diciendo, ni en 2015, ni tal vez en 2016. Es falso que esté realizada el 90% de la obra, como se ha asegurado por boca de Valcárcel. Queda mucho por terminar desde Monforte hasta Murcia.

Y siendo evidente que este plazo es aún largo, todavía estamos a tiempo de plantear seriamente la llegada de la alta velocidad soterrada a la Estación del Carmen, de realizar lo que podría ser una primera fase de aquel soterramiento del que aún no disponemos de su proyecto constructivo.

Por ello no podemos admitir la dicotomía llegada del AVE, como modernidad, frente a soterramiento. Porque sin soterramiento la llegada del AVE supondría un nuevo estancamiento en el subdesarrollo de las infraestructuras ferroviarias murcianas, secular „ya lo denunció Jara Carrillo„ e inabordado por ningún Gobierno regional. ¿Para qué un AVE en una estación del siglo XIX?

Estamos dispuestos a colaborar con el nuevo Gobierno regional y a trasladarle nuestra experiencia de más de veinte años en un tema en el que ellos están recién llegados. Sin duda el consejero Campos, proveniente del ámbito fiscal, está en condiciones de comprender las irregularidades en que se mueven las obras en curso y las razones por las que el fiscal de Medio Ambiente y Urbanismo ha abierto diligencias.

Ojalá los aires de supuesta apertura en participación ciudadana que se anuncian den cabida a nuestra intervención, iniciada con una petición de entrevista por nuestra parte que ha sido admitida para la esta semana.

Mientras tanto considere, señor Garre:

Nadie entendería en Murcia que una llegada del AVE como sea retrase el soterramiento, la más reiterada, antigua e incumplida promesa electoral de todos los partidos políticos en Murcia, convenido desde 2006.

La alta velocidad no puede llegar en los plazos anunciados; no nos engañemos, en este terreno no existen los milagros. Es sensato, coherente y factible plantear seriamente el soterramiento previo: hay tiempo, falta voluntad política.

El AVE que nos ofrecen no es el que Murcia necesita, serpenteando por la Comunidad Valenciana y por Castilla-La Mancha, lo que encarece y alarga el viaje desde Murcia. ¿Por qué desaprovechan las ventajas de la alta velocidad por nuestro trayecto histórico cuando ya están hechas las obras más caras: la variante y túnel del Camarillas? Nadie en Murcia entenderá este derroche que beneficia a otros y perjudica a Murcia. ¡Y es más barato!

Pero con la misma claridad anunciamos nuestra intención de mantener nuestra vieja reivindicación y seguir defendiéndola como hemos anunciado por todos los cauces legales, pacíficos y no violentos que estén a nuestro alcance. Como hasta hoy hemos venido haciendo.