A veces un simple titular en un periódico se convierte, por su acierto, en todo un editorial. La OPINION conseguía esto ultimo hace unos días al encabezar una noticia así: «Kiko Rivera pone a bailar a Alcantarilla€ y a sus cuentas». Y tanto, porque el tal Kiko, cuyo único mérito es ser hijo de Isabel Pantoja, se embolsó por hacer de DJ en las fiestas de esa población 9.900 más IVA, unos 11.000 euros en total. Es decir, el caché de Kiko Rivera como DJ fue situado, por voluntad del ayuntamiento de Alcantarilla, muy por encima, pongamos por caso, del considerado como mejor DJ en España, y dicen que el mejor remunerado en nuestro país, hasta ahora por lo que se ve, el madrileño Cristian Varela, quien cobra entre 3.000 y 4.500 por sesión. Sí, este número uno cobra muchísimo menos que el tal Kiko, al que el ayuntamiento de Alcantarilla —viva el rumbo— ha convertido en el mejor pagado.

Dicen que la misión de un DJ es canalizar las emociones de la gente a través de la música y, seguramente por esto, los nombres de los DJ más reconocidos en ese mundo —Tiësto, Armin van Buuren, David Guetta, Paul van Dyk y DeadMaus—, están asociados a la producción musical y, en la mayoría de los casos, tienen relación con grupos musicales que buscan la investigación de los sonidos. Es decir, son gente que llevan muchos años haciendo algo más que enlazar un tema musical con otro, sencillamente porque ellos crean los sonidos y, en la mayoría de los casos, el mercado cuenta con sus grabaciones que tienen mucho de experimentación musical, cualidades que desconocemos en Kiko Rivera.

Sinceramente, que Alcantarilla se gaste, al parecer, un cuarto de millón de euros en las Fiestas de Mayo cuando su deuda con empresas asciende a veinticuatro millones de euros, según el plan de pago a proveedores, añadiendo a esto una deuda con los bancos cifrada por el ministerio de Hacienda en 33 millones, parece sencillamente escandaloso, aunque el alcalde de esa localidad se ufane en decir que «han sido las fiestas más austeras de la historia», porque si efectivamente es así, tendremos que preguntarnos cuánto se gastaban antes.

Coincidiendo en el tiempo con los 11.000 euros para Paqurrín, el concejal de Cultura, Patricio Pérez, comunicaba a las AMPAS de los colegios Jara Carrillo y Jacinto Buenaventura que este año no se podrán organizar escuelas de verano en dichos centros porque «no hay dinero para pagar la luz, a la limpiadora y al conserje durante julio». Y todo esto lo dice sin que la cara la cambie de color, de la vergüenza que debería de sentir, pero lejos de esto el señor concejal de Cultura califica de ´basura´ a un periodista local que cuestiona los gastos de la fiesta de Paquirrín, y es expulsado del pleno, ´invitado´ a marcharse por la Policía Municipal.

Comienza a ser preocupante la actitud de algunos concejales y alcaldes que creen que la finca es suya y con ella pueden hacer lo que quieran. Ya está bien de confundir los lugares a los que mal administran con ellos mismos. Hablar de derroche en Alcantarilla no es ir contra la ciudad; es reconocer un hecho incontrovertible: la localidad está entrampada y despilfarra el dinero en la contratación de personajes que, como único mérito, según el saber del concejal, consiste en ´ser famosos´. Y mientras que todo esto ocurre, la piscina municipal no podrá abrirse en julio porque no hay dinero y los vehículos de la Policía Local no patrullan como debieran porque el carburante es caro. Me pregunto si alguien debería parar esto.