Pasan las generaciones y los rituales se repiten cada año. Apuntes en la mano, el DNI bien localizado, el lápiz reglamentario, un bolígrafo de repuesto y un saco de nervios en la mochila. Así llegaron ayer los más de 5.900 alumnos a las sedes de Selectividad de toda la Región que este curso se enfrentan a las pruebas de acceso a la universidad, que finalizarán el próximo jueves. A todos ellos se les sumarán hoy los casi mil alumnos que harán solo la fase específica, las asignaturas de especialidad. En total, 6.700 estudiantes pendientes de una nota para poder elegir carrera.

Aunque los más nerviosos son los padres. En los pasillos del Aulario Norte de la Universidad de Murcia podía verse ayer a muchos, pendientes de sus hijos. «Tiene muy buenas notas, un 9,8 de media, pero quiere Medicina y estoy nervioso por si tiene un mal día», confesaba uno de los sufridores padres. Su hija y el resto se estrenaron, como es costumbre, con el examen de Lengua y Literatura, en el que este año la estrella fue Gabriel García Márquez y su Amor en los tiempos del cólera. Difícil, por no decir casi imposible, era encontrar a algún alumno que no hubiera elegido esa opción frente al análisis de la simbología en la obra de Miguel Hernández. «Ese tema es el más difícil y casi nadie se lo ha estudiado bien, el otro era más fácil y hemos ido a lo seguro», explicaba al acabar el examen María Frutos, que se debate entre elegir Óptica y Farmacia, según lo nota que saque.

Después llegaron el examen de Inglés, el de Filosofía o el de Historia y entre hoy y mañana harán las pruebas de especialidad. En total, 36.000 exámenes se harán en tres días que tendrán que ser corregidos durante cinco días por 266 profesores para que el miércoles 18 todos puedan consultar sus notas a través de la aplicación oficial o en la página web de las universidades. Los datos los facilitó el coordinador de la prueba, Alberto del Valle, cuya misión estos días es velar para que no se produzcan irregularidades. Hasta ayer, todo tranquilo, con los típicos olvidos de DNI y confusiones de aula, pero nada grave, problemas que forman parte casi de los rituales anuales que dejarán de verse en 2017 año en el que, según la LOMCE, desaparecerá la Selectividad.