El Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia ha condenado a 9 años de inhabilitación para empleo o cargo público a la diputada autonómica y alcaldesa de Pliego, Isabel Toledo, del PP, y al exprimer edil, Juan Guillén, del PSOE, por no cerrar un bar denunciado por exceso de ruidos.

La sentencia de la Sala de lo Civil y Penal condena a los propietarios del bar El Escondite, José Carlos Melero y Francisco Belijar, a dos años y medio de prisión y multa de 4.800 euros por un delito continuado contra el medio ambiente en concurso con otro de lesiones. Al mismo tiempo, absuelve al aparejador municipal, Antonio Botía, que también fue juzgado por los mismos hechos. La sala acuerda la clausura del local durante cinco años y aplica a todos los condenados la atenuante de dilaciones indebidas por la larga duración del proceso judicial, iniciado por un juzgado de Mula en 2010.

La sentencia señala que Toledo es responsable por omisión de un delito de prevaricación, ya que, pese a las reiteradas quejas del vecino denunciante de los ruidos del bar desde la fecha de su apertura, en 1996, y de las mediciones sonométricas realizadas en el local, no ejecutó la orden de cierre «inmediato» acordada en el mandato de su antecesor, en abril de 2000.

La sala añade que la alcaldesa, que tomó posesión de su cargo en junio de 2003, conocía el decreto de cierre porque cuando fue aprobado era concejala en la oposición, así como por las numerosas denuncias presentadas por la Policía Local contra los dueños del bar. Según la sentencia, Toledo y Guillén son responsables de un delito de prevaricación continuado porque ambos «eran los alcaldes sucesivos de Pliego en la fecha en que se produjeron los ruidos y vibraciones, y tenían responsabilidades municipales directamente relacionadas con la situación creada de contaminación acústica».

Sin embargo, «no hicieron nada en casi catorce años para evitar o remediar la situación».

La alcaldesa, que dijo haberse enterado por la prensa de su condena, señaló que las sentencias «están para cumplirlas, aunque no se compartan» y recuerda que en su momento declaró que era inocente, una presunción que sigue manteniendo. Toledo ya ha hablado con su partido y en los próximos días analizará con sus abogados las posibilidades legales para recurrir la sentencia que considera «desmesurada». Toledo recibió ayer muestras de apoyo de vecinos, amigos y compañeros de partido.