­Desde hace meses, los agricultores de Alhama se ven desbordados ante la plaga de conejos que ha proliferado en la zona y no les ha quedado más remedio que hacer un llamamiento para que se tomen medidas más contundentes, ya que los animales están acabando con las plantaciones de la comarca.

Alfonso Ramírez dice que ha tenido que volver a plantar el brócoli que sembró hace unos días, ya que en dos noches los conejos «han acabado con el 90% de la cosecha. Entran al bancal y se comen los brotes más tiernos de la planta». Cuatro o cinco son suficientes para echar por tierra el trabajo de días o semanas. Además, a los destrozos hay que añadir el sobrecoste económico. «Si tenemos en cuenta cómo están las cosas en el campo, ya sólo nos faltaban los conejos», añade.

Los agricultores se quejan de la falta de apoyo. «Las medidas se tienen que tomar de forma preventiva porque una vez que el daño está hecho, no se puede arreglar», explica José Manuel Ruiz, presidente de Coag Alhama. La consejería de Agricultura, según Ruiz, ha ampliado los días de caza para tratar de combatir la propagación de esta especie, aunque considera que «esta medida es insuficiente», sobre todo en las zonas de huerta en las que hay casas cerca y no se puede cazar.

Tampoco han dado resultado los productos repelentes ni son del todo efectivas las vallas que se colocan alrededor de las plantaciones, ya que los conejos han aprendido a saltarlas y roerlas para llegar hasta los tiernos brotes de brócoli o lechuga. La proliferación de conejos en la comarca coincide con el descenso de la población de su depredador natural, el zorro, al que los agricultores echan en falta en estos momentos. Los agricultores advierten que se avecina otra situación similar con los jabalíes, que bajan de Sierra Espuña a buscar alimento en los cultivos y ya están causando daños en el valle del Guadalentín.