Fútbol

Lizoain, el termómetro del Cartagena

El rendimiento del meta canario es fundamental para los resultados del cuadro cartagenero de cara al tramo final de la temporada

Raúl Lizoaín pide atención a su defensa durante una acción del partido en El Molinón. | PRENSA FC CARTAGENA

Raúl Lizoaín pide atención a su defensa durante una acción del partido en El Molinón. | PRENSA FC CARTAGENA / aLFONSO aSENSIO

Alfonso Asensio

Alfonso Asensio

El de los porteros es un papel muchas veces denostado en el fútbol. Mientras los goles se llevan todo el protagonismo y el juego de los equipos acapara las tertulias deportivas y las opiniones en la grada, el desempeño de los guardametas queda relegado a un segundo plano hasta que llega una acción salvadora o un error flagrante. Este segundo caso es el que le ha sucedido a Raúl Lizoaín en el Fútbol Club Cartagena. Dos de sus fallos han costado directamente dos derrotas al equipo en un tramo vital de la temporada después de que varias de sus actuaciones hayan significado puntos para los suyos.

Raúl Lizoain se ha convertido en el termómetro del conjunto albinegro. Cuando está bien, el equipo suma. Cuando está mal, todo se desmorona. Lo cierto es que, en la igualada Segunda División, cualquier detalle puede decantar la balanza y más aún en la línea de meta. La distancia entre una parada y un gol son puntos en el casillero y puestos en la clasificación que el Cartagena no se puede permitir.

Durante las últimas temporadas, el cuadro albinegro ha destacado en la demarcación del portero. A pesar de no ser un equipo eminentemente defensivo con Luis Carrión al mando, el nivel de Marc Martínez y, posteriormente, de Aarón Escandell, marcó la diferencia con otros equipos de la categoría. La marcha del valenciano abrió un periodo convulso en la meta cartagenera en el que ni Marc ni Lizoain, quien llegó para cubrir su baja, dieron la talla a principio de temporada.

Tras asentarse el capitán cartagenerista con un rendimiento regular, el Granada llamó a su puerta para cumplir su sueño de jugar en Primera. Sin más remedio, Raúl tuvo que hacerse cargo de la defensa de la portería del Cartagonova después de dos actuaciones puntuales cuestionables en liga -las derrotas frente a Eibar (1-2) y Leganés (0-3)- y otras tres más ilusionantes en Copa -penaltis en Azuaga y Alcorcón y dieciseisavos ante el Valencia-. Para sorpresa de todos, el portero dio un paso adelante y se convirtió en pieza fundamental de la resurrección albinegra.

Solidez y triunfos

Recogió Raúl el guante de Marc después de las dos primeras victorias de la segunda vuelta. Gracias a su solidez en la portería, el Cartagena venció por la mínima al Amorebieta (1-0), empató en Albacete (1-1), volvió a ganar por un gol al Mirandés (1-0) y sumó otros tres puntos en Zaragoza (1-2). La buena racha, cortada por el Elche (0-1) y el Burgos (0-3) en un encuentro que disputó Tomás Mejías, continuó frente al Racing de Ferrol (2-1), Eldense (0-0), Andorra (1-0) y Leganés (0-0). En nueve partidos, Lizoain encajó únicamente cuatro goles, sumó cinco porterías a cero y permitió a los suyos llevarse 18 puntos de 27.

Especialmente destacables fueron sus partidos contra el Mirandés -4 paradas-, Real Zaragoza -5-, Elche -5- o Leganés -4-, con paradas salvadoras que lo llevaron al once ideal de la jornada en dos ocasiones y que mantuvieron a su equipo en el plan de partido ideado.

Fallos y derrotas

Más preocupantes, sin embargo, han sido sus dos últimas actuaciones contra Valladolid y Sporting, que han supuesto de forma directa la derrota de su equipo en ambos casos. Contra los pucelanos, un rechace en una pelota aparentemente sencilla permitió la ventaja del rival y la historia se repitió en El Molinón tras otro blocaje fallido.

El rendimiento de Raúl Lizoain mide las aspiraciones de un equipo que tiene los argumentos muy justos para lograr la permanencia y puede marcar la diferencia. En los siguientes compromisos necesita el Cartagena la mejor versión de su portero para volver a sumar y alejarse de un descenso que ya quema bajo los pies a dos puntos.