Entrevista | Gabriel Hernández Cantautor

Gabriel Hernández: "Tal vez nunca me tomé mis canciones lo suficientemente en serio"

Tras ser ‘engañado’ por sus hijos –Álex Juárez y Víctor Hernández, los responsables del dúo de neofolk murciano Maestro Espada– para lanzar 'Mayo del 82' (2018), este psicólogo clínico acaba de publicar el primer single del que será su segundo disco, 'Nuevas canciones viejas' (2023). Responden él y el menor de los hermanos.

Una vieja fotografía de  Gabriel que servirá para  ilustrar la portada del disco.

Una vieja fotografía de Gabriel que servirá para ilustrar la portada del disco. / L. O.

Asier Ganuza

Asier Ganuza

La de Gabriel Hernández es una de las historias más especiales del panorama musical murciano. En 2018, y sin haber dado previamente señales de vida –en lo compositivo o interpretativo–, sus hijos lanzaron al mercado Mayo del 82, una cinta grabada casi cuarenta años antes y durante la época universitaria de su protagonista que demostraba que lo de este psicólogo clínico con la guitarra no era un mero entretenimiento. De hecho, desde su humilde publicación en plataformas digitales, otros artistas –algunos completamente ajenos a la familia– se han interesado por sus composiciones e, incluso, varios se han animado a versionar temas como La manzana. Y son cosas como esta la que han acabado de convencer a un Gabriel, en origen receloso, de recuperar, aunque poco a poco, su ‘carrera musical’. ¿La mejor prueba de que esto es así? Pobrecito de mí, primer single de Nuevas canciones viejas (2023), el que será su próximo disco (su lanzamiento está previsto para el viernes). Pero mejor que lo expliquen él y Víctor Hernández, su hijo y, por cierto, cincuenta por ciento de Maestro Espada, proyecto que comparte con su hermano Álex.

Hace cuatro años, cuando Mayo del 82 vio la luz, hablaba con Álex y ya entonces me decía que Gabriel tenía «como para dos o tres discos más». Y no sé si exageraba, pero, desde luego, no mentía, ya que hace unos días se lanzó el primer single de Nuevas canciones viejas...

Víctor Hernández: Sí, se ha hecho de rogar, pero una vez que hemos abierto la veda, los tres nos hemos animado a seguir desempolvando aquellas canciones que en casa hemos escuchado desde siempre. Y sobre si mi hermano exageraba..., te diré que ha sido difícil escoger qué temas iban a entrar en este álbum, ya que Gabriel tiene un montón de canciones. 

Ahora les preguntaré por el disco, pero casi que me interesa más cómo han llegado a él. O, más bien, cómo han conseguido poner a su padre de nuevo frente al micro para grabar estas canciones. Lo digo porque el lanzamiento de aquel primer disco fue más por su empeño [el de Álex y Víctor] que por el de Gabriel, que se mostraba bastante receloso...

V. H.: Es que estas canciones forman parte del periodo de las de Mayo del 82; las compuso durante el mismo tiempo. Así que una vez que quisimos darle visibilidad a su música, surgió de manera muy natural seguir rescatando y arreglando sus canciones.

Gabriel Hernández: Aquella grabación en cinta magnetofónica fue una cosa espontánea, sin preparación ni mayor trascendencia. Fue una de otras muchas que también se grabaron por esa época y que terminaron rompiéndose. Esta, sin embargo, sobrevivió gracias a que, años después de su grabación, un amigo tuvo la feliz idea de pasarla a CD –cuando apareció este formato– como regalo de cumpleaños, ya que yo nunca me quedé con ninguna de aquellas cintas. Así fue como, pasados unos años, llegó a Alejandro y Víctor. Y cuando ellos me sugirieron la idea de hacer un disco con aquella grabación tan precaria –cuyo único propósito era que circulara entre los amigos–, la verdad es que me metieron un poco el miedo en el cuerpo (y creo que todavía no me lo he sacado del todo). Pero no deja de ser emocionante que, cuarenta años después, todavía haya personas a las que les apetezca escuchar y cantar estas canciones. Y eso es algo que también agradezco.

Revisando aquella charla con Álex en 2018, le preguntaba por qué Gabriel nunca había hecho pública su música y me dijo que no sabía si era por respeto o por timidez. ¿Tienen ya una respuesta?

V. H.: A nosotros nos dice que simplemente empezaron a interesarle otras cosas, como los libros y el psicoanálisis (lo cual debía ser cierto porque acabó realizándose en ese ámbito como psicólogo clínico). Pero cualquiera que escuche sus canciones se dará cuenta de que perfectamente esa [la música] podría haber sido su única ocupación.

G. H.: Lo cierto es que yo nunca me planteé seriamente dedicarme a la música. No tengo ningún tipo de formación musical. Era un entretenimiento, y también una necesidad: la música ‘llegaba’ y había que sacarla fuera. Por otro lado, y después de algunos rodeos académicos, encontré un campo de estudio y de actividad profesional que también terminó apasionándome y al que quería dedicarle tiempo. Había estado haciendo canciones aproximadamente desde los trece años, pensé que lo mejor que yo era capaz de hacer con la música ya lo había hecho.

«El hecho de darnos cuenta de dónde viene nuestra pasión nos empuja a querer sacar la música de Gabriel»

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Supongo que la experiencia de Mayo del 82 (el lanzamiento de la cinta y los conciertos) le habrán hecho cambiar su perspectiva..., ¿no? Solo así me explico este nuevo proyecto.

V. H.: La verdad es que ninguno esperábamos el revuelo que causó la salida del primer disco. Ver a Rita Payés y a Pol Batlle versionar La Manzana..., o que un grupo con el que no hemos tenido contacto, Mundo Divino, la estén tocando en todos sus conciertos es muy emocionante. Así que parecía natural que después de aquello insistiéramos en el proyecto y en seguir mostrando sus canciones, ¡que no son pocas! 

G. H.: Digamos que desde la aparición de aquel disco me he vuelto más responsable de aquellas canciones. En su momento tal vez no me las tomé lo suficientemente en serio..., incluso se podría decir que no las traté todo lo bien que, al parecer, se merecían. Y ahora me siento en deuda con ellas, entre otras cosas porque me lo hicieron pasar muy bien. Arreglarlas, grabarlas y ponerlas en circulación es también una forma de hacer lo que no se hizo en su momento, lo que quedó pendiente, y de volver a cantarlas y compartirlas con otra gente.

¿Cuándo empieza a gestarse este nuevo proyecto?

V. H.: Pues llevamos trabajando en ellas desde la preparación del directo de Mayo del 82 en el Teatro Circo. Una vez que las llenamos de nuevos arreglos, con músicos de otros proyectos como Nunatak o Bosco, y encontramos un tono que a todos nos convencía, nos dimos cuenta de que había mimbres par dar forma a un nuevo disco.

Háblenme, pues, de Nuevas canciones viejas: ¿Qué nos vamos a encontrar en este disco? 

G. H.: Es un disco que mantiene el tono de cantautor de Mayo del 82, con guitarra española y voz como principales elementos, pero con más instrumentación. En ese sentido, creo que el título del disco habla por sí solo. Son canciones compuestas hace más de treinta años y que ahora hemos grabado con nuevos arreglos y nuevas voces.

Tengo una curiosidad acerca del sonido. Para lanzar Mayo del 82 regrabaron las canciones, pero finalmente decidieron apostar por las grabaciones originales, «que sonaban a rayos, pero tenían un encanto especial», decía Álex. Esta vez, esa decisión no ha sido un problema porque estas canciones no estaban registradas. Sin embargo, ¿ha condicionado de algún modo aquel sonido crudo y original del primer álbum a la hora de grabar estos nuevos viejos temas?

V. H.: Es cierto que Mayo del 82 tiene una magia especial que es difícil de replicar por cómo se grabó:únicamente con un magnetofón y en un directo donde se percibe la emoción del público. Este disco es diferente, está grabado en casa, pero justamente eso es parte de su encanto. Y también una de las cosas que hemos querido hacer es darle rienda suelta a los arreglos de Gabriel, ya que él siempre se imaginó sus canciones con más instrumentos, pero no tenía los medios para hacerlo.

G. H.: Eso es cierto. Llevaba cuarenta años escuchándome cantarlas de la misma forma y necesitaba renovarlas, hacerlas nuevas, hacer ‘nuevas canciones viejas’; era una forma de volver a libidinizarlas, como se dice en psicoanálisis. Y la verdad es que hemos disfrutado mucho abriendo el melón de posibilidades rítmicas y melódicas que cada una de ellas guardaba dentro. 

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Y... la pregunta del millón: ¿Volverá a haber presentación (o presentaciones)? Porque Mayo del 82 tuvo apenas un par de conciertos...

G. H.: Sí, la idea es hacer una presentación como es debido en Murcia, y después Madrid, Barcelona… Todo se andará. Todo apunta que será a principios del año que viene.

Por cierto, en 2018 todavía no había nacido Maestro Espada ni andaban de gira con Guitarricadelafuente, así que supongo que tenían más tiempo para estas historias. ¿Qué os empuja a ‘aparcar’ vuestra carrera para hacer esto?

V. H.: Supongo que el hecho de darnos cuenta de dónde viene nuestra pasión por la música nos empuja a querer sacar la música de Gabriel. Nos encantan sus canciones y queremos que la gente las conozca. Además, durante este tiempo nos hemos ido adentrando más en el mundo de la producción, con Guitarricadelafuente y otros proyectos, por lo que también es un buen escaparate para mostrar lo que hacemos.

Maestro Espada ultiman la grabación del que será su primer LP

Y mientras tanto, los hermanos Álex y Víctor Hernández siguen trabajando. El proyecto de su padre, de Gabriel, es en cierto modo como un divertimento, como un juego casi íntimo que ha tomado una dimensión inesperada y que, consecuentemente, les ha ‘obligado’ –pongan muchas comillas a ese verbo– a dedicar parte de sus esfuerzo a ese viejo cancionero por descubrir (para el resto). Sin embargo, Maestro Espada siguen poco a poco dando forma al que será su primer disco. 

Esta semana han tenido las últimas sesiones de estudio con Raül Refree, todo un referente de la producción en lo que a vanguardia folk se refiere (Guitarricadelafuente, Niño de Elche, Rodrigo Cuevas, Rosalía, Sílvia Pérez Cruz...). Y aunque el proceso se ha dilatado más de lo esperado –«no ha sido fácil cuadrar agendas, sobre todo la de Raül», señala Víctor–, se muestran ilusionados con el esperado elepé: «Estamos muy contentos con el disco que estamos haciendo. Creemos que será muy guay», apunta el menor de los hermanos.

Por otro lado, también se encuentran trabajando en su directo –«creemos que llevamos un show bastante emocionante», lástima que se cancelara por las lluvias su concierto en el festival Al Aire de San Javier...– y, al margen de Maestro Espada, en la música de otros artistas. En este sentido, Víctor señala que en la actualidad están produciendo al dúo chileno Emilia y Pablo, que visitaron Cartagena durante la última edición de La Mar: «Nos apetece mucho estar en proyectos que nos emocionen, sean nuestros o no».

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