La cafetería del Museo Arqueológico de Murcia fue objeto anoche de una peculiar exposición, que entroncaba con la actuación que tuvo lugar en él más que con las figuras que alberga. Fue una muestra de zapatos especiales para bailar tango, un elemento fundamental en la composición de la pareja que se identifican por su colorido, fantasía y elegancia, además de por sus tacones de aguja: la sensualidad hecha historia.