La Comunidad Autónoma ya no dispone de dinero suficiente para mantener Calblanque ni tampoco para ofrecer el servicio de autobuses gratuitos que había en años anteriores. La Administración regional gastó el pasado año en el parque 100.000 euros. Y este verano ha surgido una nueva fórmula para que Medio Ambiente no tenga que poner dinero. Ahora, lo hará una asociación sin ánimo de lucro, presidida por uno de los socios de la empresa propietaria de los terrenos del parque. De esta forma, el control deja de ser público, al menos, durante el año que dura el acuerdo.

Para que la entidad pueda conservar y proteger Calblanque necesita tener ingresos. Y la solución pasa por cobrar en verano cuatro euros al día por aparcar el coche en la zona. Todos los aparcamientos próximos a las playas estarán gestionados por la asociación. Así que no se podrá dejar ningún vehículo a motor sin el pago de la cuota. La alternativa es ir andando o en bicicleta.

El dinero lo recaudará la entidad de conservación del parque y los ingresos estarán supervisados por la Administración regional. Algunos bañistas consideran que «la medida es buena si el dinero recaudado se destina a mantener Calblanque». Lo importante es dónde irá ese dinero, que será destinado de manera íntegra a la conservación del espacio natural. Siempre y cuando la entidad tenga beneficios.

Pagar por aparcar en Calblanque ha generado disparidad de opiniones entre quienes acuden a bañarse. Por lo general, la gente ve bien que se busquen soluciones a la gran afluencia de público de cada verano. El volumen de tráfico de vehículos ponía en peligro la conservación de este espacio natural. Las personas que visitan estas playas buscan huir de la masificación y disfrutar de la naturaleza. Por eso, muchos ven con buenos ojos que se controle el aparcamiento de vehículos. Otros consideran que «el servicio de autobuses era más respetuoso con el medio ambiente». Los más críticos ven como una «estafa» que se cobren cuatro euros por aparcar el coche. Pese al revuelo causado, tampoco es una medida muy sorprendente, ya que este tipo de pago por estacionar lo tienen ya establecido desde hace tiempo muchos espacios protegidos.

Los vecinos de Los Belones son los que más conciencia tienen al respecto. Calblanque es para ellos su particular paraíso. Mariano Almagro, presidente de la asociación de vecinos considera que «lo primero es conservar el parque». Almagro reconoce que «cuando le plantearon la medida hubo divisiones y un primer rechazo a pagar», pero al pensar sobre los beneficios que conllevaría la menor afluencia de vehículos, «el pueblo vio con buenos ojos que hubiera que abonar una tasa por aparcar».