Querido Pedro Bayona
Bayona y Caballero
¿Qué quieres tú que te diga
despidiéndote de soltero?
Que casi yo te vi nacer
aunque pienses que exagero
por pasillos te vi correr
de toro y de torero,
pues tu hermano, el muy cruel,
ya te ponía en el suelo,
entre pelotas y peonzas,
entre indios y vaqueros.
Fue con trece o catorce años,
si mal no lo recuerdo,
cuando entré en tu casa.
Ibas a segundo o tercero;
verdad que unos años antes,
cuando llevabas babero,
coincidí en la comunión
de tu hermano primero.
Pero si digo la verdad
de eso no tengo recuerdo.
Fueron pasando los años
y te crecieron los huevos.
Yo también estaba allí
Observándote muy atento.
Crecías rapidísimo,
Sin parar, no había techo.
Y empezaste a salir,
mayor te estabas haciendo.
Y viniste con nosotros
(no sé si un buen ejemplo)
para ser un Basurilla
uno más entre los nuestros.
Gracias a ese preciado don
de los Bayona y Caballero
de querer compartirnos
vuestros deseos y anhelos,
gozar de ti hemos podido
y disfrutar de momentos:
buenos que han sido muchos
y malos que han sido menos.
Y es que es bastante fácil
si tú estás al lado nuestro
que cualquier problema serio,
cualquiera que sea el reto,
lo veamos con esperanza,
convirtiéndose efímero.
Porque eres optimista,
buen amigo y sincero,
te has ganado los corazones ,
has conseguido el respeto,
de amigos del colegio,
tus compañeros del Cuerpo,
de tu familia y amigos
y de tu amor verdadero.
Y aquí hemos llegado
A la madre del cordero.
Mejor dicho, con propiedad,
a la hija de tu suegro
o de tu amada suegra
si lo prefieres primero.
Nuestra ya amiga Lourdes
y la chica de tus sueños.
Toda una historia de amor.
“¡Piqueras casamentero!”
Otra vez, como cómplice.
Otra boda en su perchero.
Porque si tú no lo sabes
complacido te lo cuento
Fue con él ante su presencia
Con Inés mi primer encuentro
Así que, ¡otra vez como mago,
Gurú, menudo talento!
Y hablábamos de tu mujer
Lourdes, tu amor verdadero
Que siempre con educación
Y con especial salero
nos ha atendido en Las Flores
si un familiar fuésemos.
Y no ha necesitado más,
ha necesitado poco tiempo,
para ganarnos a ti y a todos
para ser un nuevo miembro.
Ya es parte de nuestra vida
Como tú, mi querido Pedro
Que por mucho que tú crezcas
Siempre serás el pequeño,
hermano pequeño de Jose
y también hermano nuestro.
Sé que me sabrás perdonar
mi espíritu “aventurero”
que me impide acompañarte
en tu despedida de soltero.
Lo de hoy es una cena
un feliz día, un encuentro,
en el que homenajearte
y decirte con esmero:
¡Qué contigo para siempre,
qué contigo hasta el cielo
qué te lo mereces todo
qué con locura te “chero”
que la suerte te acompañe
Pedro Bayona Caballero!
(De tu hermano, Manolo Marín)
Murcia, a 16 de abril de 2.015