Cuando el joven Robbie va a la maternidad a ver a su chica, Leonie, y coge en brazos a su hijo recién nacido, Luke, se siente muy conmovido y jura que el niño no va a tener que llevar la vida que él ha tenido, llena de dificultades y atrapada por los delitos que cometió en el pasado. En los servicios a la comunidad, Robbie conoce a Rhino, Albert y Mo, para quien el trabajo es poco más que un sueño lejano. Henri, el educador que se les ha asignado, se convierte en su nuevo mentor para iniciarles en secreto en el arte del whisky. Así es como Robbie descubre que tiene un verdadero talento de degustador, y muy pronto es capaz de identificar las barricas de los destilados más singulares y más caros. Ahora el joven y sus tres compañeros se plantean si deben convertir ese don en un timo o aprovecharlo para transformar su porvenir, lleno de promesas. Solo los ángeles lo saben.