Las bolas de fuego siguen cayendo montaña abajo. El volcán no descansa y la lengua de magma se ensancha. Para aproximarse tanto hay que ir muy bien equipados. Gases tóxicos y una temperatura que supera los 600 grados. Esta es la colada norte, la que se desplaza a menor velocidad. Primero se selecciona una roca adecuada, todavía incandescente Los científicos del instituto geológico minero de España y los militares de la UME, toman las muestras de la colada principal. El material se parte, sorprende lo fácil que la roca se fragmenta . Con el tamaño adecuado un de los pedazos se introduce en este cubo de hierro y enfría a gran velocidad, simulando lo mismo que hace la lava al llegar al mar. La otra roca se traslada así al laboratorio. Cuando baje su temperatura será analizada por un equipo de fluorescencia. Comparando el comportamiento de las dos muestras, se estará un poco más cerca de entender y tratar de reducir la peligrosidad de los volcanes.