Durante el verano y con la llegada del calor, uno de los peligros para la salud a los que un perro se enfrenta es la aparición de garrapatas. Estas son uno de los mayores enemigos para tu mascota, ya que es un parásito muy extendido y causa infecciones en la piel, pérdida de sangre o anemia. Así pues, te contamos cómo evitar la aparición de garrapatas en nuestro perro.

¿Qué son las garrapatas?

Las garrapatas son un tipo de ácaro que parasita en los animales vertebrados el cual necesita alimentarse para sobrevivir. Hay dos tipos de garrapatas, las blandas y las duras.

Mientras que las primeras no tienen caparazón y se instalan en las orejas de los animales, las segundas si las tienen y se pueden encontrar en el dorso del animal y la parte anterior.

Nuestro perro las suele pillar al revolcarse o quedarse en arbustos, plantas o en el césped, espacios donde proliferan con facilidad.

Cómo evitar las garrapatas

Hay diversas formas de evitar la aparición de las garrapatas en tu perro.

Chequeo constante

Examinar a nuestro perro con regularidad, así como cortarle el pelo cuando le toque, sobre todo en verano, evitará que aparezcan garrapatas y localizarlas rápidamente en caso de que tenga.

Si va al campo, revisión

Como hemos señalado, las garrapatas se suelen encontrar en hierbas, plantas o sitios de mucha vegetación, por eso, si llevas a tu perro a pasear o a echar el día en el campo, conviene revisar bien y de manera exhaustiva. Para ello, ayúdate de una pinza y ve tirando de su pelo siempre en la misma dirección y prestando especial atención a la zona de la cabeza y las orejas.

Las garrapatas proliferan en verano.

Corta tu jardín

Si tienes un jardín en el que suele revolcarse y tumbarse tu perro, minimiza las posibilidades de que sea ahí donde contraiga este parásito teniéndolo siempre bien cortado y cuidado.

Collares

Por último, destacar también el papel que juegan los collares antiparasitarios y antigarrapatas. En el mercado existen infinidad de tipos y tamaños. Este tipo de collares suelen ofrecer una protección que dura entre 5 y 8 meses. También hay líquidos que se pueden extender por la piel y cuya duración es menor (entre dos y tres meses) pero que pueden ser útiles para los meses de verano.