En el mundo occidental, las palomas representan la paz. Según la biblia, Noé envió a una de ellas para ver si lo peor del diluvio había pasado. Al regresar al arca con una rama de olivo en el pico, comprendió que la tormenta había terminado.

Para los japoneses, todo aquel que es capaz de construir mil grullas de papel mantiene su cuerpo y su mente sana, obteniendo como recompensa todo aquello que desea?

«Sadako Sasaki tenía sólo dos años de edad cuando, a menos de un kilómetro de su casa, en Hiroshima, el seis de agosto de 1945, cayó una bomba atómica que asoló la vida de miles de personas.

Sadako sobrevivió pero, diez años más tarde, recién cumplidos los doce, acudió al hospital porque se encontraba mal. Fue entonces cuando aparecieron las secuelas de todo aquello. Le diagnosticaron leucemia y le dieron sólo 3 meses de vida.

Sadako cayó entonces en una profunda depresión. Sin embargo, su amiga Chizucho la animó y le contó la historia de las mil grullas de origami (papel de arroz).

-¿Ves?- Le dijo mientras se metía una mano en el bolsillo de la chaqueta -es una grulla de papel. Aquí tienes la primera. El resto, hasta mil, debes hacerlas tú-

Desde aquel día, Sadako comenzó a construir grullas de papel hasta que, al terminar su grulla 644, la muerte le visitó. Para entonces, se sentía en paz, había conseguido sanar su alma.

Sus amigos acabaron el resto de grullas y, cuando terminaron las mil, decidieron hacer un monumento que recordara su historia. Hoy, una estatua en el parque de Hiroshima recrea la imagen de Sadako con una grulla de papel en su mano.

Desde entonces, cada 6 de agosto, Día Mundial de la Paz, llegan a Hiroshima miles de grullas de papel procedentes de todos los lugares del mundo».

Está claro que, ya sea en forma de paloma o grulla, para los humanos los animales siempre simbolizan la paz.