Descubren cómo se comportan Tamara Falcó e Íñigo Onieva cuando nadie los mira: "Ni se hablan ni..."

Un testigo que viajaba con el matrimonio en el vuelo a Miami ha contado cuál es la verdadera relación entre ambos miembros de la pareja

Crisis entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva Ni se hablan ni se miran a la cara

Crisis entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva Ni se hablan ni se miran a la cara

Mientras que Tamara Falcó e Íñigo Onieva siguen vendiendo las exclusivas de su vida en las revistas del corazón más cotizadas, son muchas las personas a las que algo les huele a chamusquina por detrás. El pasado 25 de diciembre se cumplió un año desde la 'milagrosa' reconciliación de la pareja, que culminó en la llamada 'boda del año' el pasado 8 de julio; pero todavía hay quien no se cree que las cosas entre la pareja sean tan idílicas como se pretende mostrar.

El matrimonio acaba de mudarse a la casa de Tamara Falcó en Madrid: un ático de 190 metros cuadrados muy próximo a la vivienda de Isabel Preysler en el que, según contó la propia marquesa, el diseñador que es su marido ni ha pinchado ni ha cortado: "Cuando Íñigo vio la propuesta, todo ya estaba decidido entre Bea y yo. Pero le encantó. Al ser diseñador, sabe apreciar el diseño. Me imagino que si hubiéramos hecho una casa conjunta él y yo, habría quedado distinta. Pero es que el concepto de la casa se decidió cuando habíamos roto", explicaba hace escasas semanas a la revista ¡Hola!".

Respecto a su futuro embarazo, hace escasos días que anunció oficialmente en 'El Hormiguero' que esperan un bebé para 2024: una tarea para la que se estarían sometiendo a punteras técnicas de fertilidad y para la que, sobre todo, estarían rezando mucho.

Un testigo cuenta la crisis entre Tamara e Íñigo

Uno de los pasajeros del vuelo que compartió Tamara Falcó e Íñigo Onieva de camino a Miami estas fiestas ha compartido con el programa de Telecinco 'Socialité' su testimonio sobre lo ocurrido entre la pareja durante las trece horas de trayecto que compartieron.

Según la persona que ha contado a toda España lo ocurrido, la situación entre el matrimonio fue tensa y pasaron todas las horas de vuelo sin dirigirse la palabra: "Tamara e íñigo iban en mi vuelo a Miami y me sorprendió mucho que no se sentaran juntos ni hablaran en todo el vuelo".

El testigo relata que "yo estaba justo detrás de Tamara e Isabel, en la zona de business. Ana Boyer y su marido también iban en otro asiento juntos y sus hijos y la niñera en turista como Íñigo. Él se sentó completamente solo y no se dirigió la palabra con nadie de su familia".

Pero, sin duda, uno de los momentos más paradigmáticos de la mala relación no solo entre Tamara e Íñigo sino entre este y el resto de la familia de la marquesa fue un instante en el que, según cuenta el testigo, Tamara habría sacado una bolsa con bocadillos y le habría ofrecido a todos los miembros de la familia que viajaban en el avión excepto al futuro padre de su bebé, al que "ni le miró la cara".