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"La Ciencia debe ser un eje sobre el que sustentar el crecimiento de la sociedad"

La semana pasada recibió el Premio Nacional de Investigación 2023 para jóvenes ‘Margarita Salas’ por su visión innovadora y multidisciplinar de la biología

Miguel Ángel Mompeán, investigador en el Instituto de Química Física Blas Cabrera del CSIC.

Miguel Ángel Mompeán, investigador en el Instituto de Química Física Blas Cabrera del CSIC. / Andrés Alemán

Javier Vera

Javier Vera

Recientemente ha sido galardonado con el Premio Nacional de Investigación 2023 para jóvenes ‘Margarita Salas’ por su visión innovadora y multidisciplinar de la biología. ¿Cómo recibe este reconocimiento?

Con muchísima alegría y asombro, no todos los días uno recibe la llamada de una Ministra. Este reconocimiento podría haber tenido tantos nombres que todavía me cuesta concebirlo. De algún modo lo mereceré, y eso me causa un cierto alivio.

¿Qué estudios cursó en la Universidad de Murcia, por qué se decantó por ellos y qué recuerdos guarda de esa etapa estudiantil? ¿Mantiene algún tipo de relación actualmente con la institución?

Me decanté por estudiar Química gracias a Don Francisco Huertas, mi profesor de Biología en el Instituto Cascales de Murcia. Tenía una manera muy especial de hacernos ver «la química de lo vivo».

Después de licenciarme en Química continué la Licenciatura de Bioquímica y un Máster Europeo en Química Teórica y Modelización Computacional, también por la UMU. Es fascinante el estudio de la naturaleza más íntima de las moléculas.

Durante los años en los que estudié Química compaginaba los estudios trabajando como camarero. De aquellos tiempos recuerdo tener los apuntes en la barra y estudiar a salto de mata, cuando la tarea lo permitía.

Guardo buena relación con compañeras y compañeros de entonces que ahora investigan en la Institución.

¿Cuándo y por qué motivo decidió dedicar su vida profesional a la investigación?

Desde pequeño fui testigo de condiciones como la diabetes, presentes en mi entorno familiar. Entonces me decía a mí mismo que de mayor sería científico para «ayudar a las personas que tienen enfermedades». La verdad es que ahora me doy cuenta de que la vida puede llegar a ser redonda. Me siento muy afortunado.

¿Qué técnicas vanguardistas se aplican hoy en día en el ámbito de la química y biología estructural, y qué importancia tiene su desarrollo al conjunto de la sociedad?

Hay tres técnicas de vanguardia: la cristalografía de rayos x, la resonancia magnética nuclear y la microscopía crioelectrónica. Estas tres técnicas se utilizan para resolver las estructuras tridimensionales de las biomoléculas (proteínas, ADN, ARN) y entender cómo interactúan entre sí.

La estructura de estas biomoléculas, así como la comunicación o interacción entre las mismas, determina todo lo que sucede en el cuerpo. Por ello, una patología dada puede estar asociada con que una proteína específica adopte una estructura anómala.

Conocer las estructuras e interacciones ‘buenas’ y ‘malas’ de las proteínas mediante estas técnicas de vanguardia es la base para el diseño racional de fármacos. Es una concretización muy resumida, pero en esas pocas palabras hay años de investigación.

«Como sociedad vanguardista y evolucionada, merecemos que todas las decisiones que afecten a la salud estén basadas en evidencias científicas»

¿Cómo es su día a día en el Instituto de Química Física Blas Cabrera del CSIC, donde actualmente trabaja como investigador?

Tengo un equipo de mujeres y hombres excelentes en lo profesional y cercanos en lo personal; esto hace que mi día a día sea amable y eficiente. Somos amantes de la ciencia trabajando en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Cualquier frustración, burocracia o dificultad es tolerada gracias al apoyo que recibo de ellas y ellos.

¿Cuáles son los principales retos actuales de nuestra sociedad en ámbitos de salud, biotecnología, nuevos materiales y medioambiente?

Creo que los principales retos incluyen un envejecimiento saludable o el control de enfermedades emergentes y reemergentes, incluyendo la problemática de la resistencia a antibióticos. La edición genética también está ahí.

La biotecnología puede aportar mucho a estas cuestiones, con un enfoque hacia una mejor medicina personalizada y herramientas de diagnóstico precoz. Desde el año 2020 se ha evidenciado, con más fuerza, la figura de la Ciencia como oposición a la especulación.

Como sociedad vanguardista y evolucionada, merecemos que todas las decisiones que afecten a la salud estén basadas en evidencias científicas.

Con respecto a nuevos materiales y medioambiente, creo que un reto formidable lo encontramos en el cambio climático, lo que nos lleva a cuestiones como la eficiencia energética, la dependencia de recursos naturales limitados y la gestión de residuos.

Merecemos que la Ciencia, más allá de la salud, sea un eje sobre el que sustentar el crecimiento de la sociedad y en el que invertir esfuerzos económicos y humanos.

Son conocidos sus descubrimientos acerca de la estructura y función de la proteína amiloide, la cual puede causar qué órganos como los riñones o el corazón se vuelvan rígidos y no funcionen correctamente. ¿Qué avances se están produciendo al respecto del diagnóstico y tratamiento de patologías asociadas al envejecimiento celular e infecciones virales?

Curiosamente, no todas las proteínas que forman fibras amiloides se acumulan de manera perniciosa en nuestros órganos. De hecho, el cuerpo también utiliza fibras amiloides para llevar a cabo funciones vitales, tales como la consolidación de los recuerdos.

Esto es lo que llamamos amiloides ‘buenos’ o funcionales, porque realizan una función concreta, a diferencia de los amiloides ‘malos’ o patológicos.

Un ejemplo particularmente interesante de amiloides funcionales se produce cuando nuestras células son infectadas por ciertos virus. Nuestro sistema inmunitario produce amiloides para eliminar las células infectadas y evitar la propagación de la infección. Los virus han sabido adaptarse y producen sus propios amiloides, engañando a nuestras células para que no produzcan los de defensa.

A partir de este conocimiento, en el laboratorio intentamos imitar esta estrategia y estamos produciendo amiloides sintéticos que podrían evitar la formación de los amiloides patológicos. Hay mucho por explorar.

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