Neurociencias

Mirarnos a los ojos cambia por completo la comunicación

El contacto visual es extraño en la mayoría de las interacciones, pero da forma a nuestro comportamiento social

Un estudio exploró la importancia del contacto visual en las interacciones humanas.

Un estudio exploró la importancia del contacto visual en las interacciones humanas. / Crédito: bess.hamiti en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

Los científicos descubrieron en un nuevo estudio que, sorprendentemente, el contacto visual directo es bastante raro durante las interacciones entre las personas, pero que es importante para la dinámica social. El tiempo que mantenemos contacto visual, aunque sea durante unos segundos, parece ser un factor predictivo importante para el comportamiento social posterior.

Investigadores de la Universidad McGill y la Universidad de Québec en Montreal (UQAM), ambas en Canadá, analizaron la prevalencia del contacto visual entre las personas, registrando el comportamiento de la mirada en interacciones cara a cara entre dos individuos. Descubrieron que aunque el contacto visual directo ocurría en pocas ocasiones, comunicaba cosas importantes: transmitía mensajes que son vitales para las relaciones sociales que se podían establecer con posterioridad.

¿La ventana al alma?

Los ojos humanos comunican una gran cantidad de información social, y las miradas mutuas representan uno de los comportamientos de comunicación característicos en nuestras interacciones sociales. Sin embargo, sigue siendo relativamente desconocido si dicha comunicación recíproca requiere contacto visual directo (mirarse a los ojos) o si la mirada general cara a cara es suficiente para lograr los objetivos que se persiguen.

Para intentar responder esta pregunta, los científicos canadienses registraron el comportamiento de la mirada entre parejas que interactuaban en vivo, utilizando rastreadores oculares móviles duales. Esta técnica les permitió estudiar la frecuencia con la cual los participantes se miraban mutuamente, ya sea directamente a los ojos o hacia otras partes del rostro. Además, examinaron cómo estos diferentes tipos de miradas mutuas durante una interacción se relacionaban con un comportamiento posterior.

En términos generales, los resultados del nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Scientific Reports, mostraron que las parejas se miraban mutuamente en varias combinaciones o tipos de miradas: ojo a ojo, ojo a boca y boca a boca. Sin embargo, pasaban proporcionalmente poco tiempo en contacto directo con la mirada. En otras palabras, la interacción ojo a ojo era la menos utilizada.

Poco tiempo pero muy significativo

“Descubrimos que los participantes dedicaban solamente alrededor del 12% del tiempo de conversación a mirarse interactivamente, pero que además dentro de esas interacciones mantenían contacto visual directo solo el 3,5% del tiempo", explicó en una nota de prensa Florence Mayrandlo, autora principal del estudio. En definitiva, durante las interacciones los participantes pasaron más tiempo mirando hacia otro lado que mirando a la cara de sus parejas y, mucho menos, mirándose directamente a los ojos.

A pesar de esto, el tiempo pasado en contacto visual directo predijo significativamente la magnitud o la profundidad de las interacciones posteriores: aunque fueron escasos, cuando estos contactos ojo a ojo tuvieron lugar las miradas directas se incrementaron posteriormente. Esto significa que el contacto visual ojo a ojo puede modificar la comunicación y profundizar las relaciones o interacciones.

En resumen, los investigadores concluyeron que los mensajes sociales transmitidos durante el contacto visual estrecho parecen contener información clave, que se propaga y afecta el comportamiento social individual a futuro. Los resultados son de gran utilidad para avanzar en la comprensión del rol social de la mirada y su impacto cognitivo.

Referencia

A dual mobile eye tracking study on natural eye contact during live interactions. Florence Mayrand, Francesca Capozzi and Jelena Ristic. Scientific Reports (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-023-38346-9

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