Continúa la causa contra el anestesista de Sara Gómez: la jueza ve indicios de falsedad documental

Continúa la causa contra el anestesista de Sara Gómez, la mujer que murió tras una lipoescultura: la titular del Juzgado Nº 3 de Cartagena ve indicios de falsedad documental en la actuación del facultativo, que sigue en calidad de investigado.

En un auto firmado a finales del pasado mes de diciembre, la jueza estima que "existen indicios que permiten afirmar que el anestesista tenía reconocida una incompatibilidad para el desarrollo de dicha actuación en la sanidad privada", y destaca que "dicha incompatibilidad afectó en la intervención" de cirugía estética a la que fue sometida Sara Gómez en la clínica privada Virgen de la Caridad de Cartagena. De hecho, "una vez finalizo la intervención se emitió el informe clínico de alta de quirófano firmado por otro doctor, para que así no constara la firma del anestesista, por la incompatibilidad que le afectaba". Los dos médicos están investigados como presuntos autores de un delito de falsificación de documentos públicos. Las diligencias se siguen tramitando. En esta causa se trata de esclarecer si el anestesista usó las credenciales de otro facultativo durante la operación en la que no debería de haber estado. Aparte, el mismo Juzgado de Instrucción Nº 3 de Cartagena se ocupa de la causa de homicidio imprudente de la vecina de Alcantarilla, madre de dos hijos.

Detalla la instructora en su auto que ha de continuar la tramitación de las diligencias, como procedimiento abreviado por si los hechos fuesen constitutivos de un delito de falsificación de documentos públicos. En este sentido, da diez días a la Fiscalía y a las acusaciones particulares personadas en la causa "para que soliciten la apertura del juicio oral formulando escrito de acusación o el sobreseimiento de la causa o, excepcionalmente, la práctica de diligencias complementarias".

Cabe recordar que el Servicio Murciano de Salud (SMS) ya estableció, el pasado verano, que este sanitario había estado en la intervención pese a su incompatibilidad. Le impusoentonces una suspensión de nueve meses de empleo y sueldo por una falta grave.

En un quirófano alquilado

Según la denuncia que desde el principio lleva haciendo la familia de la difunta, se cometieron graves lesiones a Sara en una lipoescultura hecha por un médico que inició su licenciatura en Chile, siguió en Murcia y concluyó en Nápoles (Italia), que antes fue cirujano cardiovascular del Servicio Murciano de Salud y que poco antes de la operación letal obtuvo el máster en medicina estética y antienvejecimiento por la Complutense de Madrid. El doctor, aseguraron, no tiene los cinco años de especialidad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.

Sara Gómez se hizo una abdominoplastia y una liposucción a la vez menos de un año antes de la operación mortal

El jueves 2 de diciembre de 2021, a las ocho de la mañana, Sara ingresaba en la Clínica Virgen de la Caridad, donde su cirujano alquiló un quirófano para hacerle una lipoescultura. El médico informó a la familia de que en un principio había ido bien y que se había desestabilizado un poco. Sara informó de que ya contaba con una abdominoplastia y preguntaba si se podía someter a esa operación estética. El cirujano le aseguró que no había ningún problema. La paciente acabó muerta.

Tanto el médico como el anestesista de Sara Gómez se encuentran en libertad, a la espera de que se fije la fecha para la apertura del juicio oral. Desde entonces, la familia de la difunta mantiene una lucha para que se ponga en marcha la ‘ley Sara’ en virtud de la cual a ninguna persona la opere un facultativo que no tenga la formación necesaria para hacerlo.