Judicial

Admite que mató a puñaladas a un joven en una barbacoa en Lo Pagán y culpa a la droga

Ricardo L.G., de 26 años, y su víctima se agredieron mutuamente con un bastón de madera y una barra metálica, hasta que el joven sacó un arma blanca y cosió a cuchilladas a su rival

Ricardo L.G. declara ante el juez.

Ricardo L.G. declara ante el juez. / Iván Urquízar

Ana Lucas

Ana Lucas

Logró escapar tras matar a cuchilladas a un joven en una calle de San Pedro del Pinatar. La Policía Judicial de San Javier fue la que finalmente, lo localizaba días después y procedía a su arresto. Ahora se sienta en el banquillo. Ricardo L.G. tiene solo 26 años de edad, y tenía 23 cuando, presuntamente, cosió a puñaladas a Francisco R.C., al que fue a buscar expresamente a una barbacoa familiar que se estaba celebrando en una vivienda de la población de Lo Pagán. Su juicio arranca este lunes en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial, con sede en Cartagena.

Según se lee en la calificación fiscal, aquel día, sobre las dos y media de la tarde, "el acusado se dirigió a Francisco nada más llegar y le dijo que saliera a la calle para que arreglaran sus diferencias, iniciando una fuerte pelea, en la que ambos se agredieron mutuamente con un bastón de madera y una barra metálica, respectivamente, hasta que el acusado entró en su vehículo, sacó un arma blanca tipo cuchillo de unos 16 centímetros de hoja, y se lo clavó a Francisco por diversas partes del cuerpo". Le causó "la muerte inmediata", destaca el Ministerio Público. Al lugar se movilizaron sanitarios en una ambulancia. Atendieron a la víctima in situ, aunque nada pudieron hacer por salvar su vida.

El chico afirma que lleva drogándose desde los 14 años

En su declaración, el sujeto reconoció el crimen y dijo que aquel día se encontraba bajo los efectos de sustancias estupefacientes, a fin de tratar que se tenga en cuenta, a la hora de dictar sentencia, una atenuante de drogadicción. De hecho, el chico afirma que lleva drogándose desde los 14 años y que el día del homicidio iba "puesto".

Además, el acusado ha depositado 25.000 euros en la cuenta del juzgado, a fin de tratar de reparar el daño, a modo de indemnización a los allegados del difunto.

La familia de la víctima, de cuya representación se hace cargo el abogado José María Caballero Salinas, no es partidaria de llegar a un acuerdo y pone en duda que el día del homicidio este joven fuese drogado. El letrado recuerda que, por ejemplo, Ricardo llegó a la vivienda al volante de su coche y mantuvo una pelea con su oponente, tras la cual fue al vehículo a coger la navaja con la que le daría muerte. Esta conducta, sostiene el penalista, no deja entrever que fuese muy drogado.

En cuanto a la cantidad consignada, 25.000 euros, es muy inferior a la que solicita la acusación particular, que pide 120.000 euros para la madre del asesinado (que tenía solo 20 años de edad cuando encontró la muerte) y 50.000 para la hermana

Le piden 15 años de cárcel

La Fiscalía cita el informe del forense: "Según reveló el informe de la autopsia, el cadáver presentaba varias heridas inciso punzantes e inciso penetrantes en diversas partes del cuerpo, siendo las que provocaron la muerte dos situadas en la región torácica: la primera, herida inciso penetrante profunda de 3 centímetros en el tórax que pasa al espacio intercostal entre la 2º y 3º costilla de la parrilla costal derecha, la otra, herida inciso penetrante profunda de 2 centímetros, situada en la zona medial del borde inferior de la 5º costilla, afectando al hueso, penetrando en el espacio intercostal entre la 5º y la 6º costilla de la parrilla costal derecha, provocando perforación de 1,5 centímetros en lóbulo superior del pulmón derecho y de 1 centímetro en lóbulo medio del mismo pulmón, respectivamente, provocando la primera hemotórax masivo en hemitórax derecho y herida inciso penetrante en tronco de la arteria pulmonar, siendo la causa del fallecimiento".

Ricardo se enfrenta a una pena de quince años de prisión por un delito de homicidio. Cuando lo encontraron, estaba escondido en el domicilio de un allegado, en una localidad de Cartagena, concretamente en Pozo Estrecho, una pequeña población de apenas 5.000 habitantes.