Investigación

El hombre hallado en el pozo de Jumilla murió apuñalado

Los dos presuntos autores de la muerte de Diakina Fofana comparten celda en la cárcel de Sangonera 

Profesionales del Instituto Armado proceden a extraer el cuerpo del pozo de Jumilla; en la foto de la izquierda, el vecino desaparecido.

Profesionales del Instituto Armado proceden a extraer el cuerpo del pozo de Jumilla; en la foto de la izquierda, el vecino desaparecido. / La Opinión

Ana Lucas

Ana Lucas

Diakina Fofana, el hombre cuyo cadáver era encontrado en un pozo en Jumilla el pasado martes por la noche, murió apuñalado, indican fuentes cercanas a la investigación.

Desde la Guardia Civil no confirman nada de forma oficial porque el caso se encuentra bajo secreto sumarial, aunque los dos presuntos autores del crimen ya están en prisión provisional desde el pasado viernes. Se trata de dos jóvenes de 22 y 23 años respectivamente, hondureños y parientes, que comparten celda en el penal de Sangonera, donde, por el momento, no tienen una actitud conflictiva, dicen las mismas fuentes.

Dos detenidos por la muerte del hombre encontrado en el pozo en Jumilla

José García

Al menos uno de ellos habría admitido su participación en el crimen, hasta el punto que condujo a los investigadores al pozo donde dejaron a Fofana. Pozo del cual profesionales del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) del Instituto Armado sacaron el cadáver.

Riña y acuchillamiento

Víctima y presuntos agresores habrían mantenido una riña que fue subiendo de tono, hasta que aparecieron las armas blancas. Tras atacar a Fofana, y ver que estaba muerto, decidieron ocultar su cuerpo con el objetivo de hacerlo desaparecer. Optaron por un agujero que estaba en un caserío en ruinas, ubicado en un paraje denominado Término de Arriba, donde pensaron que nadie lo encontraría.

Cuando se le perdió la pista, sus amigos (Fofana no tenía parientes en tierras murcianas, su esposa e hijos estaban en Malí) pidieron ayuda para localizarlo, puesto que estaban seguros de que la suya no era una desaparición voluntaria, como desgraciadamente ha sido.

Al hombre, residente en el Altiplano desde hace más de tres lustros, se le buscaba desde hace más de 50 días, después de que se le perdiese la pista al poco de regresar de su Malí natal, donde todavía viven su esposa e hijos y él había pasado unas vacaciones, tras las cuales volvió a la Región, para continuar trabajando y mandar dinero a su familia

Coche y documentación

El coche con el que supuestamente Fofana se dedicaba a transportar gente fue encontrado, días después de la desaparición del hombre, aparcado en una calle en la que no solía dejarlo, algo que extrañó a sus amigos. Los cuales tenían claro que al vecino le había pasado algo, que no se había ido de forma voluntaria. Otro dato curioso: según aseguró un allegado de Fofana, alguien dejó en su piso (el cual compartía con compañeros) un sobre con su documentación. No saben quién, porque el sobre apareció en la puerta cuando todos ellos estaban trabajando.