Judicial

Dijo ser secuestrado a punta de pistola en Murcia por robar unos gallos y ahora no se acuerda

El denunciante alega que en aquel tiempo tenía problemas con las drogas y estaba de luto por la muerte de su padre: la Audiencia absuelve al acusado

EFE

La Fiscalía llegó a pedir tres años de cárcel para G.E.H.O., el único de los cinco individuos que fue encausado porque, presuntamente, secuestraron a un hombre de su casa de Murcia a punta de pistola porque creían que les había robado unos gallos de pelea. El acusado se sentó en el banquillo de la Audiencia Provincial, por un delito de detención ilegal y otro de lesiones. La Sala se vio obligado a absolver al sospechoso porque el denunciante aseguró en el juicio que no recordaba nada de lo que expuso en su denuncia, con lo que el tribunal se quedó sin una prueba esencial.

Los hechos tuvieron lugar hace seis años. La víctima contó entonces que estaba en su casa de Los Dolores, en Murcia, cuando le llamó un hombre por teléfono y le dijo que iba a ir a su domicilio para hablar con él: al poco, se presentaron en su puerta cinco sujetos. Uno de ellos le dijo que "si sabía algo del robo de unos pollos de pelea y, al responder el denunciante que no, otro le acercó una pistola eléctrica que portaba en la mano y se la puso en el costado derecho, produciéndole una descarga para a continuación propinarle varios puñetazos en la cara", se lee en la calificación fiscal.

"Desconocemos a ciencia cierta si el denunciante sufrió algún tipo de presión delictiva"

Afirmó que le dieron una paliza a patadas y puñetazos primero, con un palo después. Le pegaron "especialmente en la espalda, mientras le exigían que se sentase en el suelo". La víctima siguió diciendo que no sabía nada de los gallos, y fue cuando entre todos sus atacantes lo metieron en un coche.

Siempre según la primera versión del denunciante, la que ahora dice no recordar, cerraron los pestillos y le amenazaron: "De aquí no vas a salir, ¿dónde quieres que te dispare? Voy a coger ahora mismo la pistola y te voy a disparar, elige la parte del cuerpo que quieras".

"Estando en el interior del vehículo, el acusado y sus acompañantes pidieron al denunciante que les diese su teléfono móvil, diciéndole que iban a ver con quien hablaba y se mensajeaba, llegando a borrar el número desde el que le habían llamado, quitándole la batería para que no pudiese usar el terminal", seguía el Ministerio Público en su escrito.

Amnesia por drogas

Durante la vista oral el fiscal del caso y el propio tribunal preguntaron al denunciante en varias ocasiones si había sido presionado o intimidado para cambiar su versión, ya que aquel era el momento oportuno para ofrecerle la protección que pudiera necesitar.

El denunciante negó la existencia de esas presiones y aseguró que no recordaba nada porque en el momento en que presentó su denuncia, en septiembre de 2017, tenía problemas con las drogas y, además, estaba de luto por la muerte de su padre.

La Sala no quedó convencida con esa explicación y añade en su sentencia que la actitud del denunciante se puede relacionar con el atestado elaborado por la Policía Nacional apenas seis días después de denunciar los hechos, cuando acudió a una Comisaría de Murcia para comunicar que no quería seguir con su acusación.

Al decirle los agentes que se lo pensara, ya que podría ser acusado de denuncia falsa, mantuvo la misma, pero no sin añadir que no quería ir contra nadie más distinto de aquel al que había denunciado.

Dice la Sala que "desconocemos a ciencia cierta si el denunciante sufrió algún tipo de presión delictiva", pero añade que al declarar en el juicio "estaba muy nervioso y dubitativo, casi asustado, ante la posibilidad de que alguna pregunta le pudiera hacer salirse de un guión de falta de recuerdo predeterminado".