Judicial

Apaleado y secuestrado a punta de pistola en Murcia por unos gallos de pelea

"Como no me des los pollos, te mato"

Ana Lucas

Ana Lucas

La Fiscalía pide tres años de cárcel para G.E.H.O., el único de los cinco individuos que, presuntamente, secuestraron a un hombre de su casa de Murcia a punta de pistola porque creían que les había robado unos gallos de pelea. El acusado se sienta el próximo miércoles en el banquillo de la Audiencia Provincial, por un delito de detención ilegal y otro de lesiones.

Los hechos que ahora llegan a juicio tuvieron lugar hace seis años. La víctima contó que estaba en su casa de Los Dolores, en Murcia, cuando le llamó un hombre por teléfono y le dijo que iba a ir a su domicilio para hablar con él: al poco, se presentaron en su puerta cinco sujetos. Uno de ellos le dijo que "si sabía algo del robo de unos pollos de pelea y, al responder el denunciante que no, otro le acercó una pistola eléctrica que portaba en la mano y se la puso en el costado derecho, produciéndole una descarga para a continuación propinarle varios puñetazos en la cara", se lee en la calificación fiscal.

Le dieron una paliza a patadas y puñetazos primero, con un palo después. Le pegaron "especialmente en la espalda, mientras le exigían que se sentase en el suelo". La víctima siguió diciendo que no sabía nada de los gallos, y fue cuando entre todos sus atacantes lo metieron en un coche.

Cerraron los pestillos y le amenazaron: "De aquí no vas a salir, ¿dónde quieres que te dispare? Voy a coger ahora mismo la pistola y te voy a disparar, elige la parte del cuerpo que quieras".

"Estando en el interior del vehículo, el acusado y sus acompañantes pidieron al denunciante que les diese su teléfono móvil, diciéndole que iban a ver con quien hablaba y se mensajeaba, llegando a borrar el número desde el que le habían llamado, quitándole la batería para que no pudiese usar el terminal", continúa el Ministerio Público en su escrito.

"Te doy de plazo hasta el domingo"

La víctima dice que no llegó a ver el arma de fuego, que sus captores arrancaron el automóvil y que lo llevaron por los alrededores de su domicilio: le instaban a que los llevase al lugar donde supuestamente había escondidos los animales que les había robado. Y le quitaron el móvil.

"Como él les respondía que no sabía nada, le dejaron en su casa, diciéndole el acusado y sus acompañantes :“Te doy de plazo hasta el domingo, el domingo vengo y, como no me des los pollos, cojo la pistola y te mato". Le devolvieron el móvil y se fueron.

Como consecuencia de estos hechos, el perjudicado sufrió lesiones, consistentes en policontusiones, lesiones eritematosas redondas de menos de un centímetro, con centro oscuro y costroso, erosiones en la espalda, equimosis en zona lumbo-sacra y glúteo y erosiones con hematoma de gran tamaño en muslo derecho, precisando para su curación diez días de perjuicio exclusivamente bajo. Él pide una indemnización que la Fiscalía considera que ha de ser de 500 euros.

Asimismo, el Ministerio Público estima que "procede el alejamiento del acusado de la persona, domicilio, lugar de trabajo y lugares que frecuente la víctima, a una distancia no inferior a 300 metros durante cinco años , así como cualquier comunicación con el mismo por cualquier medio, visual, telefónico, o telemático, por el mismo tiempo de cinco años".

El acusado dice que no fue él

Solo se localizó a uno de los agresores, porque la víctima lo conocía de vista: un murciano que se sentará en el banquillo la semana que viene. Lo hará un día después de cumplir 35 años. Si finalmente se prueba su participación en el secuestro y en la paliza al vecino de Los Dolores, previsiblemente se aplicará la atenuante de dilaciones indebidas a la hora de dictar condena. El hombre se encuentra en libertad con cargos y así llegará al juzgado el miércoles.

Él negó en el juzgado, en la instrucción, tener nada que ver con los hechos que se le imputan y afirmó que ese día, cuando el vecino dice haber sido secuestrado, él estaba en una barbacoa, también en Los Dolores. El juez de guardia lo dejó libre, aunque con una orden de alejamiento del denunciante.

Fuentes cercanas al caso apuntaron que, durante la investigación del mismo, la víctima no mostró demasiada colaboración con la Policía.