Sospechan que el atrincherado de Murcia sufre un trastorno mental que lo haría inimputable

El hombre de 46 años de edad que se atrincheró fuertemente armado y con su hermana de rehén en una casa de Murcia podría padecer una enfermedad mental, indicaron fuentes cercanas al caso. 

El sospechoso comparece este martes por videoconferencia ante el Juzgado de Guardia y no es llevado de forma presencial a la Ciudad de la Justicia. La razón: su estado mental. Pasa a disposición judicial aunque posteriormente, de confirmarse su trastorno, un examen forense certifique que pueda ser inimputable. Lo cual no significa que este martes lo manden a prisión preventiva.

Previsiblemente el juzgado solicite que el individuo sea examinado en breve por profesionales médicos del Instituto de Medicina Legal de Murcia, mientras él, si finalmente es enviado a la cárcel, es atendido en la zona de enfermería del penal de Sangonera, como ha ocurrido con otros sospechosos que también han sufrido problemas pisquiátricos.

Elko: el perro de los GEO que rompió la resistencia del hombre atrincherado en Murcia

El encierro protagonizado por este sujeto en una vivienda en medio de la huerta, próxima a la zona de El Pedrusco, en la pedanía de Cañada Hermosa. Aunque todo empezó en Molina de Segura, donde el jueves vecinos vieron al hombre meter en el maletero de su coche a su hermana, de 41 años, su rehén.

Hirió a un subinspector

Horas antes de que se diera por finalizado el operativo policial, los GEO lograron liberar a la hermana del atrincherado, que abrió fuego en varias ocasiones contra los policías intervinientes. De hecho, un subinspector movilizado desde Valencia resultó herido, aunque fue dado de alta rápidamente.

En el despliegue intervinieron profesionales de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), el Grupo Especial de Operaciones (GEO), efectivos de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) de Valencia y el negociador. Y Elko, el perro héroe que lo redujo.

El atrincherado fue llevado al Virgen de la Arrixaca de Murcia, para ser atendido de sus heridas, y, de ahí, a los calabozos de la Policía Nacional, donde permanece custodiado.

Si un sospechoso sufre una grave alteración psíquica, no puede ser condenado a pena de cárcel, aunque quede acreditada su culpabilidad. En estos casos, se les interna en un psiquiátrico, como pasó en el caso del hombre que mató a su madre en Murcia a golpes con una báscula o en el del vecino de Churra que cosió a cuchilladas a su hermana y la mató.