El hombre al que se juzga desde este martes en la Audiencia Provincial de Murcia por la muerte de su padre ha reconocido que lo asfixió y luego le dio un tiro en la cabeza, pero ha añadido que lo hizo al recordar los malos tratos que le infirió en la infancia.

El procesado, M.L.G., para quien el fiscal reclama 15 años y nueve meses de prisión por los delitos de homicidio y tenencia ilícita de armas, ha añadido que debido a esos malos tratos y a los abusos que asegura sufrió de sus padres le fue retirada la custodia.

El acusado ha declarado que el día de los hechos, hace ahora tres años, el padre llegó de madrugada a la vivienda familiar, ubicada en Los Garres, pedanía de Murcia, en estado de embriaguez y armando mucho ruido.

Se produjo entonces una discusión entre ambos cuando, según su declaración, intentó agredirlo, por lo que apretó sobre su cuello y lo asfixió, y una vez en el suelo efectuó un único disparo sobre la cabeza, que destruyó zonas vitales.

El procesado ha añadido que al ver lo que había hecho, arrojó el cuerpo al aljibe de la propia vivienda, que selló con silicona.

Debido a los malos olores que en los días siguientes salía del pozo, un vecino al que M.L.G. había contado lo sucedido, pero que creyó era una broma, y trasladó sus sospechas a la Policía.

El acusado ha añadido que reaccionó de esa manera cuando en el transcurso de la discusión con su padre vinieron a su memoria los abusos y malos tratos sufridos cuando era niño.

El juicio, que se desarrolla ante un jurado popular, continuará el próximo jueves con la declaración como testigos de los policías que investigaron los hechos.

La defensa del acusado niega la existencia del delito de tenencia ilícita de armas porque la carabina no era propiedad del mismo, pero sí admite el homicidio.

Por este reclama la absolución por aplicación de la eximente completa de trastorno mental o, de forma subsidiaria, cinco años de cárcel si esa alteración psíquica es contemplada sólo como eximente incompleta.