Caso Abierto - La Opinión de Murcia

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Tribunales

Uno de los sospechosos del crimen de Águilas se fugó de la cárcel durante un permiso

El teniente de la Guardia Civil que dirigió las investigaciones declara que sospecharon que dicho permiso era ilegal, pero el juzgado lo descartó

La principal acusada del crimen durante el juicio. | ISRAEL SÁNCHEZ

Uno de los sospechosos de la muerte a tiros de un ciudadano italiano en la población de Águilas, ocurrido el nueve de abril de 2017, se fugó cuando disfrutaba de un permiso penitenciario que la Guardia Civil consideró ilegal y que comenzó el mismo día en que se produjo el crimen. Así lo ha revelado el teniente de la Benemérita que dirigió las investigaciones al declarar en el juicio que ante un jurado popular se desarrolla desde este lunes en la Audiencia Provincial contra la pareja del asesinado, C.E.

El oficial ha declarado que en esa ciudad, presuntamente, se venden permisos penitenciarios y que, de hecho, en los últimos meses está abierta una investigación en torno a ello, en referencia al supuesto caso de corrupción del trato de favor a presos y que cuenta como principal investigado con un jefe de servicio de la cárcel de Sangonera.

Este testigo ha manifestado al declarar en el juicio por el crimen de Águilas que ante la sospecha que tuvieron de que aquel permiso era ilegal, pidieron al juzgado de Lorca que instruía la causa que solicitara información a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias para determinar las circunstancias en que se había producido el mismo.

Y ha revelado que el director de la prisión de Campos del Río, donde el italiano se encontraba interno por asuntos relacionados con el tráfico de drogas y blanqueo de capitales, llegó a confesarle, presuntamente, que ese permiso carecería de cobertura legal, aunque después, al declarar en las diligencias, no mantuvo esa afirmación.

También ha señalado el oficial de la Benemérita que el subdirector de régimen, M.D., al rechazar cualquier irregularidad en la concesión del permiso, le manifestó que la Guardia Civil tendía a maximizar las cosas y que eran muy quisquillosos. El testigo ha añadido que pese a que considera que, al menos, hubo irregularidades en ese permiso, el juzgado acabó archivando las actuaciones al considerar que los hechos no revestían entidad penal.

El forense afirma que la víctima trató de defenderse de los disparos

La víctima recibió, al menos, siete disparos, que afectaron a zonas vitales como el cerebro y el corazón, según reveló ayer el médico forense que practicó la autopsia. En su informe, este perito ha señalado que los tiros fueron hechos con un arma de fuego de proyectil único y a una distancia de metro o metro y medio, cuando el fallecido, G.N., se encontraba de lado o de espaldas, pero girado. El forense ha explicado que también resultaron afectados por los disparos el hígado y un riñón, además de señalar que también presentaba lesiones en las manos, típicas de cuando la víctima trata de proteger sus órganos vitales. Las heridas, varias de ellas, con orificios de entrada y salida, provocaron grandes hemorragias y el consiguiente shock hipovolémico, que determinó el óbito.

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