Un hombre de 30 años falleció ayer en Cuenca tras recibir un disparo en la cabeza efectuado por un individuo que circulaba a bordo de un vehículo, según indicaron fuentes de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, que detallaron que el arma utilizada para cometer el crimen, que se produjo en una calle muy transitada, fue probablemente una escopeta de caza.

Dichas fuentes añadieron que el fallecido es R.M.C., de 30 años, que murió por los disparos efectuados por un arma de fuego a las 18.55 horas en la Travesía de las Torres, junto al Parque de San Julián, en el centro de la ciudad, y en un momento en que varias personas paseaban por la zona, por lo que se produjeron momentos de pánico, ya que nadie se explicaba lo que estaba sucediendo y muchos viandantes temían que el autor de los disparos pudiese seguir atacando a más gente.

Asimismo, fuentes de la Policía precisaron que probablemente los disparos fueron efectuados con una escopeta de caza, debido a que se encontraron varios casquillos en la zona correspondientes a ese tipo de arma.

El cadáver del fallecido fue examinado por los médicos forenses en el lugar del suceso y varias horas después fue trasladado al tanatorio Nueva Alameda, donde se procedió a hacerle la autopsia, añadieron las fuentes de la Delegación del Gobierno.

De momento se desconocen los motivos por los que este hombre fue tiroteado, señalaron agentes consultados, que tampoco quisieron precisar si el vehículo desde el que se hicieron los disparos era una furgoneta, como explicaron a varios medios de comunicación testigos presenciales y si en él viajaba solo una persona o había más pasajeros.

El vehículo estaba siendo buscado hasta última hora de la noche de ayer por Cuenca y por los alrededores de la ciudad por la Policía Nacional y por la Guardia Civil conjuntamente, aunque al cierre de esta edición todavía no había sido hallado.

En este sentido, testigos presenciales aseveraron que avanzada la tarde había varios agentes de los Cuerpos de Seguridad rastreando una zona situada en las inmediaciones del puente de San Pablo, que salva la Hoz del río Huécars entre el Parador de Turismo y la zona de las Casas Colgadas, aunque la Delegación del Gobierno no confirmó si esta actividad tenía relación con el suceso.

Lo cierto es que el pánico, la rabia y la incertidumbre ante lo sucedido marcó en la tarde de ayer a los vecinos de Cuenca, poco acostumbrados a hechos de estas características, y menos, en pleno centro de la ciudad.