Poco menos de un año ha tardado Miguel Montes Neiro en volver a las andadas. Considerado el preso común más antiguo de España, indultado tras una larga batalla de sus familiares, el exrecluso no ha podido resistirse a la 'llamada' del delito ni, mucho menos, a cuatro millones de euros en joyas. Y para su retorno, según las primeras pesquisas policiales, eligió una zona de lujo, la marbellí de Puerto Banús, y uno de los centros más emblemáticos de España.

No cometió el robo solo. Se acompañó de más hombres que también armados aprovecharon un domingo, día de cierre de ese establecimiento, para hacerse pasar por operarios de mantenimiento y, tras reducir a los vigilantes de seguridad, apoderarse de un botín de joyas.

El atraco tuvo lugar el 18 de noviembre, justo nueve meses después de salir de la cárcel de Albolote (Granada). Montes Neiro ha tenido peor suerte que sus compinches y ha sido el primero de los atracadores en ser cazado por la Policía.

Con entradas y salidas de prisión desde 1976, fugas incluidas, el ahora detenido logró que fuera indultado tanto por el Gobierno del PSOE como el del PP.

"Me siento libre". "No soy una alimaña". "Ahora empieza mi primera oportunidad en la vida", proclamó Montes Neiro a las puertas de la cárcel granadina de Albolote el 15 de febrero del año pasado, donde prometió no volver a delinquir.

Solo quería dedicar el resto de su vida a sus "diosas", sus dos hijas, que orgullosas recibieron a su padre, de 62 años, entusiasmado con su nueva etapa en libertad en la que quería recibir clases de Bellas Artes para afianzar sus conocimientos y poder vivir de ello.

Parece ser que el arte no le daba de comer, como tampoco su profesión de fontanero, y Montes Neiro se ha dedicado presuntamente a lo que mejor sabía hacer, robar.