«Creí que me mataban sólo por decirles que por favor dejaran de jugar al fútbol en mi puerta, que eran casi las dos de la madrugada y no me dejaban descansar». Manuel Sanz, de 57 años, aún no da crédito a lo que le pasó en la madrugada de ayer. Pasada la una, harto de no poder dormir por los gritos y los golpes que una veintena de jóvenes estaban dando con un balón en la puerta de su edificio mientras jugaban al fútbol en la pista del jardín de las Tres Copas del barrio de La Flota de Murcia, decidió bajar a pedirles que dejaran de hacer ruido. Los chavales no le hicieron caso y, aprovechando que la pelota se les había ido fuera, Manuel la cogió reclamando que le prestaran atención.

No llegó a pronunciarse, «tres jóvenes que parecían gitanos me empujaron y, cuando estaba en el suelo, empezaron a pegarme patadas sin parar, por todo el cuerpo, con unas botas muy duras». Minutos después, una ambulancia avisada por un vecino que presenció la escena desde su balcón trasladó al agredido al hospital Morales Meseguer, donde ayer permanecía ingresado con cinco costillas rotas, la ceja cosida con puntos y numerosas contusiones. Él y su mujer relataron a LA OPINIÓN que llevan años denunciando ante la Policía Local las molestias que sufren por los partidos de fútbol que, cada noche, se juegan en las pistas del jardín. «Ha tenido que pasar esto para que nos escuchen», se lamenta Manuela, mujer del agredido. «Es que no nos dejan vivir, cada noche vienen unos distintos, pero nos hacen la vida imposible hasta las cinco de la mañana».

Su mujer se enteró por los agentes de que su marido estaba hospitalizado, y se lamenta al recordar que «le dije que no bajara, que le podían hacer cualquier cosa porque no paraban de insultarse entre ellos y parecían gentuza» La Policía Nacional podría detener a unos vecinos de La Paz por su relación con los hechos, según indican fuentes cercanas a la investigación.