Las mascarillas en las residencias pueden tener los días contados

Aunque muchas personas ya no se acuerden y tengan que comprar de emergencia una mascarilla para poder acceder a un centro de salud o una residencia de ancianos, España es uno de los pocos países que mantiene la obligatoriedad de llevar tapabocas en los recintos sanitarios. Un poso de la pandemia que está, también, a punto de desaparecer. El ministro de Sanidad, José Miñones, anunció el pasado viernes que a finales de mes convocará a las comunidades a un Consejo Interterritorial de Salud en el que se debatirá el fin de la obligatoriedad.

El ministro ha vaticinado que España está «más cerca de ese día» en el que el uso de las mascarillas en centros sanitarios será «recomendado» y no «obligatorio» pero, de momento, no ha anunciado ni cuándo ni cómo se llevará a cabo.

Miñones ha precisado que como el resto de decisiones en torno a la pandemia serán los expertos de la ponencia de alertas y de la Comisión de Salud Pública quienes guíen en el proceso de retirada, tanto si se hace «de forma prolongada, de forma definitiva o de forma escalonada». Tampoco está claro si el fin de la obligatoriedad llegará a todos los espacios sanitarios o se mantendrá en algunos, como las residencias. «Podríamos pensar sobre los centros de día o donde están nuestros padres, abuelos y mayores, y si ahí hay que retirarla o no hay que retirarla», ha reflexionado.

Apoyo de las comunidades

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ya adelantó a finales de abril que las mascarillas dejarían «pronto» de ser obligatorias en las farmacias, hospitales o centros de salud y, desde entonces, comunidades como la de Madrid o Cataluña se han pronunciado a favor de la retirada de la obligatoriedad.

La decisión que adopte el Gobierno español, sobre si se retira en todos los espacios sanitarios y para todos los usuarios, se conocerá a finales de este mes.