El sufrimiento de Luis de Marcos, el enfermo de esclerosis múltiple que lideró una campaña para pedir a los partidos y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que legalizasen la eutanasia para “morir dignamente” ha fallecido. Finalmente no consiguió su proposito, al menos en vida. Su mujer, Asun, ha explicado que las últimas horas han sido muy duras para su marido.

“Espero que nadie pase por el calvario que ha pasado Luis, le haya costado tanto irse y dejar esta vida, ha sido un infierno. Eso no es propio de este tiempo, hay que hacer algo con esta ley”, ha dicho Asun en declaraciones a la cadena SER. No obstante, ha agradecido al hospital donde Luis ha estado ingresado desde el 7 de julio por la atención recibida.

Cuando lean esta carta yo me habré ido. He pedido a Asun que cuando emprendiera el viaje a Nanguilima o como se llame el lugar al que vamos cuando dejamos este mundo, la publique.Simplemente quiero decir que creo que venimos al mundo con alguna misión, para desempeñar algún papel y a mí me ha tocado sufrir una enfermedad que me ha llevado a luchar por uno de los derechos más básicos. Ahora tengo plena conciencia de que el mínimo exigible a una sociedad desarrollada, civilizada y moderna es el derecho al suicidio asistido. Ojalá podáis tener esa salida si llegáis a necesitarla.Muchas gracias a todos los que de alguna manera habéis apoyado esta causa, que no solo es mía sino de cualquier ser humano.

Luis de Marcos padecía desde hace diez años esclerosis múltiple primaria progresiva, una enfermedad que avanzó rápidamente hasta dejarlo postrado en una cama como un vegetal. “He tirado la toalla y la vida no tiene sentido, no hay esperanza ninguna y para mí cada día es una tortura”, aseguró en declaraciones a varios medios varios meses antes de morir. Además de la parálisis, las dificultades para hablar y respirar, Luis sufría terribles dolores que sólo podía calmar con la inyección de morfina cada tres o cuatro horas.