Múltiples estudios demuestran que la incorporación del aprendizaje socioemocional en la escuela aporta beneficios a corto y largo plazo.

Vivimos en un mundo estresante en el que niños y jóvenes se enfrentan a realidades emocionales nuevas. Estudios científicos muestran que cuando los educadores enseñan a sus alumnos a gestionar sus emociones, aumenta la probabilidad de aprendizaje y disminuyen los comportamientos negativos.

En este contexto, la enseñanza del aprendizaje socioemocional en la escuela (Social-Emotional Learning o SEL) es el foco de abundantes investigaciones en curso, y es bueno que lo sea porque se necesita más que nunca.

Según la Collaborative for Academic, Social, and Emotional Learning (CASEL), organización que trabaja por la integración del aprendizaje socioemocional en la escuelas americanas, el aprendizaje socioemocional es el proceso a través del cual se adquiere y aplica efectivamente el conocimiento, las actitudes y las habilidades necesarias para establecer y alcanzar objetivos positivos, sentir y mostrar empatía por los demás, establecer y mantener relaciones positivas y tomar decisiones responsables.

EN LA ESCUELA

Los niños y  los jóvenes pasan la mayor parte del día en la escuela, un espacio en el que se generan la mayor parte de las interacciones sociales, desafíos y oportunidades de crecimiento personal. Aunque en las escuelas se proporciona mucho más que aprendizaje académico, la investigación muestra que los programas de aprendizaje socioemocional consistentes y sólidos, aportan más beneficios en múltiples aspectos que se mantienen a largo plazo.

La inteligencia emocional se puede enseñar del mismo modo que las materias académicas. Los beneficios de los programas de aprendizaje socioemocional durante la primaria han sido documentados en múltiples estudios. Así, según una investigación llevada a cabo por la Universidad de Pensilvania y la Fundación Robert Wood Johnson, los programas escolares de aprendizaje socioemocional promueven el rendimiento académico y el comportamiento social positivo y reducen los problemas de conducta, abuso de sustancias y angustia emocional.

Según otro estudio publicado en la revista American Journal of Public Health, el desarrollo de habilidades socioemocionales en la educación infantil temprana conduce a una mayor probabilidad de obtener un título universitario, empleo y disminuye la probabilidad de abuso de sustancias o de delinquir en la etapa adulta.

Se ha demostrado también que el aprendizaje socioemocional aporta beneficios a largo plazo. En un estudio publicado en la revista Child Development se comparó la evolución a lo largo de los años de estudiantes que habían recibido aprendizaje socioemocional respecto a los que no. Los resultados muestran que pasados 3 años y medio, el rendimiento académico de los estudiantes que habían recibido este tipo de programas era más alto que los que no. Asimismo, según los autores, el aprendizaje socioemocional continuaba aportando mayores competencias socioemocionales y menos problemas de conducta.

Por último, invertir en programas escolares de aprendizaje socioemocional también aporta beneficios económicos: según el Centro de estudios de costo-beneficio en educación de la Universidad de Columbia, en promedio, por cada dólar invertido en aprendizaje socioemocional, hay un retorno de once dólares.