Opinión | El blog del funcionario

Carta abierta a la concejala de Limpieza: Las ‘malditas flores amarillas’

Sería bueno que la actual corporación se tomara en serio el cambiar estos árboles por otros autóctonos de aquí, como pueden ser nuestras moreras

Flores 'Tipuanas' cubren calles y coches en Murcia.

Flores 'Tipuanas' cubren calles y coches en Murcia. / Miguel H. Valverde

Si a la contaminación causada por una ciudad atascada y encabronada cada día, a las quemas agrícolas y a esa lluvia llena de arena del Sáhara -que llena nuestras calles y plazas, que ensucia a rabiar nuestros vehículos y lo que es peor, invade nuestros pulmones en forma de partículas PM10 y PM2.5, que nos llevan directamente a urgencias, en el mejor de los casos- le sumamos las ‘malditas’ tipuanas que inundan algunos barrios y, sobre todo, muchas pedanías, llenando nuestras aceras y nuestras casas de una auténtica pocilga amarilla pegajosa, el resultado es que Murcia se está convirtiendo en una ciudad imposible de disfrutar.

No verán ninguna tipuana en la Avenida Alfonso X el Sabio, ni en la Gran Vía, y mucho menos en la Glorieta o la Plaza de Belluga, pero sí la encontrarán en Guadalupe, Los Dolores o Torreagüera.

No tengo ni idea, o quizás sí, de quien se enriqueció vendiendo este tipo de árbol a la ciudad, pero, sin duda, deberían nombrarlo persona non grata, aunque sea a título póstumo. Sería bueno que la actual corporación se tomara muy en serio el cambiar estos árboles (originarios de Argentina y Bolivia) por otros autóctonos de aquí, como pueden ser nuestras moreras.

Millones de hojas amarillas terminan llenando nuestras casas durante varias semanas al año, pero lo peor de todo es que con la lluvia terminan inundando nuestros alcantarillados, provocando en muchos casos tapones naturales en las bocas de entrada de agua que hay en la vía pública. La imagen que ofrece la ciudad estos días allá por donde pululan estas tipuanas es desoladora, no hay acera que no se convierta en un barrizal amarillo y pegajoso, que terminas llevándotelo en las suelas de los zapatos para tu casa. Hay bares y restaurantes que imagino que pagan religiosamente sus impuestos y ven como es imposible sentarse a tomarse un café o una cerveza en sus terrazas, pues sentarse en una de sus sillas es arriesgarte a quedarte medio pegado a ella, amén de tener que enviar la ropa directamente a la lavadora.

El consumo de agua y tiempo que utilizan miles de murcianos para limpiar esta ‘fiebre amarilla’ que ocasionan estos árboles es un lujo que no nos podemos permitir, pero al ayuntamiento sin duda le importa un pepino que hayamos ciudadanos de segunda y de tercera; a ellos y ellas parece ser que solo les importa la Plaza del Romea, darse golpes de pecho detrás de la Virgen de la Fuensanta y, ahora, ir a los toros.

Si algún día empiezan a aparecer cubos de hojas amarillas en la puerta del ayuntamiento no hace falta que pregunten quién ha sido, seguramente seré yo, pero ojo, no estaré llevando basura a su puerta, sino, simplemente, trasladando flores amarillas de una acera pública a un jardín público.

Seguramente a usted, señora concejala, ¿competente de Limpieza y Gestión de Residuos?, y demás compañeros de gobierno, les importen mucho más las cartas de recomendación de la señora Begoña Gómez, o taparse la nariz y cerrar los ojos cuando el anterior alcalde, Miguel Ángel Cámara, se reía de todos los ciudadanos cuando se permitió el lujo de vivir años sin tener que acercarse a un cajero automático -y ustedes agachaban la cabeza-, pero hay muchos ciudadanos de a pie que les estaríamos muy agradecidos si por una vez, y para que sirva de precedente, hiciesen bien su trabajo. Sería todo un síntoma de normalidad.

Suscríbete para seguir leyendo