Opinión | El retrovisor

Aquellos tiempos: Luis Gestoso de Miguel

Luis Gestoso de Miguel en su infancia.

Luis Gestoso de Miguel en su infancia.

Un niño ‘Nenuco’, de carnes prietas y sonrisa franca, sin dobles posturas ni nada parecido. En aquellos entonces, la imagen publicitaria de la colonia ‘Nenuco’ embelesaba a las madres cuando visitaban la farmacia. Luisito Gestoso vino a este mundo en la casa de su abuela Mary Paz, en las Puertas de Murcia de la ciudad Departamental, en un húmedo día diciembre de 1962. Desde sus primeras horas de existencia, el mar estuvo presente en su mente: Cartagena fue su cuna y además fue atendido por un médico de la Armada, factores que tendrían una amplia repercusión en la futura vocación marinera de nuestro protagonista. Algo que confirman las crónicas de aquel año, marcado por la aventura americana de la ‘Niña II’ -que capitaneaba el capitán Etayo-, una réplica de una de las carabelas de Cristóbal Colón, que mantuvo a los españoles en vilo al darse por desaparecida, aunque llegara a las costas americanas felizmente.

Los Beatles grababan por esas fechas su mítica canción Please, Please Me, una música y unos melenudos intérpretes que serían admirados por ‘Luisito’ a lo largo de su vida, aunque nunca llegara a dejarse flequillo.

En su alimentación inicial, Gestoso apuraba los biberones de leche maternizada, tan del gusto de aquellos bebés sesenteros, junto con la papilla, aquel cocktail de plátano, naranja, azúcar y las afamadas y nutritivas galletas ‘María’, tan del agrado de la infancia de la época. Como buen representante de su generación, tuvo como héroe predilecto a El Capitán Trueno, ejemplo de los valores patrios, aunque sus cuadernillos fueran ya a color. El aventurero español influyó decisivamente con sus singladuras en la incipiente vocación de nuestro ilustre: ser marino. Profesión que sería relegada por la de letrado, siguiendo la tradición familiar.

Recuerda con emoción la sonrisa de su madre y aquellos días entrañables en los colegios Maristas de La Fuensanta y de la Merced, en el Malecón, ese dique sin mar cuyo trayecto recorría a pie y a diario con su hermano Jaime. Exalta Gestoso sus juegos en la calle, dando vida a los personajes de las películas que contemplaba en las matinales del Cine Coy. Así, como por arte de magia, se transformaba en Charlton Heston guiando la cuadriga de Ben-Hur, o en un androide de La Guerra de las Galaxias.

Enamorado de todo lo yanqui, don Luis viajó a New York en los tiempos del alcalde Giuliani, viaje del que conserva grandes recuerdos, entre ellos, un uniforme de policía y una motocicleta Harley-Davidson genuinamente neoyorquinas.

Visitador impenitente del Bazar Murciano, quedó marcado para siempre con aquella severa frase paterna: «Es que todo lo haces igual…», la que guarda en su memoria con entrañable cariño. La lectura del libro de Antoine de Saint-Exupéry El Principito dejó una huella imborrable en la infancia del futuro político, al igual que la bahía de Alicante, vista desde el barco de línea ‘Ciudad de Burgos’ cuando viajaba desde Mallorca, lugar donde residió por imperativos profesionales de su progenitor. Manifiesta don Luis, que el frío invierno junto a la chimenea y su perro Kimba fueron, sin duda, la estación del año y su compañía predilecta, debido a que fomentan la amistad y la creatividad y le hacen recordar sus primeros pinitos políticos como delegado de curso en sus tiempos del BUP.

Su vocación castrense nunca quedó en el olvido, ya que llegó a ser Oficial de la Armada reservista con destinos embarcados. Horizontes lejanos con el sabor dulce de los recuerdos de un político en activo.

Profesión: Licenciado y máster en derecho.

Comienzos profesionales: En la empresa de consultoría Coopers & Lybrand, hoy Price Waterhouse.

Dedicación actual: Concejal en el Ayuntamiento de Murcia y portavoz de Vox.

Curioso: Le encanta su desorden. 

Suscríbete para seguir leyendo