Opinión | La Feliz Gobernación

Crisis PP-Vox, pero menos

López Miras durante la Sesión de Control de ayer.

López Miras durante la Sesión de Control de ayer. / Iván Urquízar

Cuatro esquinas tiene mi cama, cuatro ángeles de la guarda. Con esta oración nos acunaban para confiarnos en la tranquilidad del sueño. Cuatro partidos hay en la Asamblea, pero esto no es para dormirse tranquilo. Cada uno de ellos llevó ayer su propuesta sobre el Mar Menor, y ninguna de ellas fue aprobada. Bingo. Lo de PSOE y Podemos, izquierda minoritaria, cumple en lo testimonial, pero también fue imposible alcanzar una mayoría entre PP y Vox, que son los dos grupos del Gobierno. Para que luego digan de los líos internos de Pedro Sánchez. 

El acuerdo de Gobierno que liga a los partidos de la derecha parece dejar libre a uno y otro cuando bajan a la Asamblea. Vox hace oposición desde los escaños para después reunirse con el PP a la Mesa del Consejo. El Mar Menor es la clave de bóveda del desentendimiento parlamentario, y ahí estamos entre el lema de López Miras «ni un paso atrás» y la insistencia de Antelo: «Hay que refomar la ley». Pero la reforma a que aspira Vox significaría necesariamente «un paso atrás». Cuádrenme ese círculo.  

En cuanto a la moratoria urbanística para los municipios de la zona, tal vez sin demasiado esfuerzo sería posible, como en la ocasión inicial, un acuerdo PP-PSOE, pero ¿qué diría Vox si el primero le pusiera esa cornamenta? Entiéndase además que lo que Vox considera una moratoria es, en la práctica, una activación. Atentos a lo que algún día saldrá de la directrices urbanísticas definitivas, cuya redacción está en el área de Vox.

Para superar la infructuosa a la vez que esclarecedora sesión fallida de ayer, el PP propone una comisión integrada por todos los grupos que consiga el consenso necesario sobre las iniciativas, mientras Vox exige la convocatoria de una reunión con el PP acerca del cumplimiento del pacto de Gobierno, lo que se llama un gabinete de crisis. Ni habrá consenso general ni la sangre llegará al río entre PP y Vox, al menos todavía. Mientras tanto, estamos en el postureo: nada cambia, ni para mal ni para bien, pero cada grupo escenifica su posición para los suyos, y patá p’alante. Y así, Vox puede decir a su clá, como Xavi a los del Barça: «No nos han dejado ganar». Angelitos.

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