Opinión | La Feliz Gobernación

La mujer de quién

Fotomontaje de Begoña Gómez e Isabel Díaz Ayuso.

Fotomontaje de Begoña Gómez e Isabel Díaz Ayuso. / EPE

La estrategia del PSOE para vadear sus brotes de corrupción discurre por dos líneas. Una, reducir el caso Koldo a la responsabilidad judicial de un personaje grotesto que, aun siendo tal gozó de la mayor confianza del Gobierno, y la responsabilidad política a un exministro, Ábalos, que ya estaba amortizado. Pero ni un paso más.

Por si no fuera suficiente, ha instrumentado un contracaso, el de Ayuso, que habría sido el caso novio de Ayuso si ella misma no se hubiera metido en el charco. Ese era el juego (el típico ‘y tú más’ reconvertido en ‘y tú también’), hasta que apareció en escena Begoña Gómez. Se dicta desde Ferraz que esta es una línea roja intrasvasable, hasta el punto de que el PP, cuyos dirigentes saliban ante el regalo, dudan, amagan, pero no se atreven a lanzarse sobre la presa. 

Begoña es una pieza de intercambio. En el PP (remitámonos tan solo a las declaraciones de López Miras tras el pleno en el Senado sobre la amnistía, en línea con el consignario de Génova) insinúan que la citarán en la comisión de investigación de la Cámara Alta solo si el PSOE les obliga a ello. El subtexto es bien claro: si los socialistas no aflojan en la arremetida contra Ayuso para compensar el caso Koldo, los populares contraprogramarán con Begoña. 

En el PSOE se echan las manos a la cabeza porque la mujer del presidente no está en ningún sumario, y de esto debe desprenderse que no hay nada que investigar. Tampoco Ayuso está señalada por la Justicia. Se olvida que la naturaleza de las comisiones parlamentarias de investigación no redundan en lo judicial (para eso ya están los jueces), sino que recaban responsabilidades políticas, tengan éstas implicaciones delictivas o sean simplemente impropias. Lo publicado y no desmentido acerca de Begoña Gómez indica para cualquier observador neutral que estamos ante un caso de libro sobre tráfico de influencias. Por tanto, lo raro es que el PP se muestre melindroso para traspasar la raya roja que le traza el PSOE, actitud que solo se explica en el tira y afloja para aliviar las responsabilidades adyacentes de Ayuso en las actividades de su novio. 

Parad con lo de Ayuso y no apretaremos con lo de Begoña. Parad lo de Begoña si no queréis que insistamos en lo de Ayuso. Así están las cosas. El problema es que ya se les ha ido todo de las manos.

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