Murcia D. F.

Transporte público en la capital, la hora de la verdad

La movilidad en Murcia necesita una revolución que debe venir de la mano de las distintas administraciones para ganar la partida al vehículo privado, que cada día envenena un poco más el municipio

Uno de los autobuses de pedanías circula por el Puente Viejo de Murcia.

Uno de los autobuses de pedanías circula por el Puente Viejo de Murcia. / Juan Carlos Caval

Sobre el papel todo parece fácil. Que si en 2025 llegará el tranvibús, que si se ampliará el tranvía que lleva lustros esperando su prolongación, que si sistemas modernos de pago, que si paradas inteligentes, que si autobuses eléctricos o poco contaminantes, que si área metropolitana, que si extensión del transporte público a zonas hoy en día olvidadas, que si vertebración del territorio para una adecuada conexión entre la ciudad de Murcia y las pedanías, que si caminos escolares seguros para dejar el coche en casa, que si bus a la carta... Todo muy bonito, pero también muy utópico por lo que se ha visto en esta Región desde hace décadas.

El transporte público en la capital necesita una auténtica revolución que saque a Murcia del pozo en el que se encuentra, invadida por el coche privado y por una polución galopante que cada año le procura el galardón de una de las ciudades más contaminadas del país. En esa cruzada, deben implicarse todas las administraciones, aunque el que debe tirar el carro es el Ayuntamiento capitalino que en estos momentos no está para muchos dispendios económicos con todas las púas a las que debe hacer frente, entre ellas las sentencias que le han caído por no hacer las cosas en condiciones.

La Concejalía de Movilidad está en estos momentos intentando sacar adelante el nuevo modelo de transporte, una iniciativa que lleva años de retraso y que ha dado lugar a que hace unos dos meses se prorrogara el contrato a una de las empresas. Toda una prueba de que la maquinaria burocrática en cuestiones de transporte no funciona lo bien que debiera como tampoco lo está haciendo el consultar a la sociedad sobre el futuro de tan titánico proyecto.

No es por criticar, pero la Mesa del Transporte, creada hace casi seis años, no se reúne desde finales de 2022 cuando debía hacerlo cada seis meses. Y qué decir del Observatorio de la Movilidad, una creación del Gobierno local que tampoco ha aportado nada para mejorar el transporte público. Ahora, el Ayuntamiento ha anunciado que encargará a una empresa el pliego de condiciones para diseñar el nuevo modelo de transporte cuyo objetivo es que esté licitado antes del verano. Este nuevo modelo deberá tener en cuenta las conexiones con otros municipios como Alcantarilla, Beniel y Santomera como primer paso para el área metropolitana de Murcia, una iniciativa largamente acariciada por los ciudadanos capitalinos, de pedanías y de otros municipios, que lleva funcionando muchos años en otras ciudades de España.

Al final todo será cuestión de dinero y la ansiada modernización del transporte público llevará consigo un sustancial aumento de partidas económicas municipales, ya que no solo habrá que dar servicio a nuevos polos de atracción masiva de transporte, como el Campus de Ciencias de la Salud y mejorar destinos y frecuencias, sino que será necesaria la renovación prácticamente al completo de la flota de autobuses (actualmente es penosa la situación de estos vehículos que van camino de convertirse en antiguallas ) y la compra de vehículos tranvibús para su incorporación a la primera línea Murcia-El Palmar (habrá que llevar ojo porque los que han circulado en pruebas fueron traídos de otras regiones y no son de los más modernos).

También habrá que tener en cuenta el coste que conllevará el aumento previsible de viajeros y los descuentos que habrá que hacer para promocionar otra forma sostenible de moverse como incentivo para acabar con la Murcia cochista, cuestiones todas que deberán negociarse con la Comunidad Autónoma con la vista puesta en el área metropolitana. Además, habrá que pensar en la futura ampliación del tranvía a municipios como Molina y Alcantarilla, un estudio que Fomento ya ha encargado y que cuando vaya a poner en práctica lo mismo ya ha quedado obsoleto. Por nadie pase.

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