La Feliz Gobernación

El espejo argentino

Sergio Massa y Javier Milei

Sergio Massa y Javier Milei / EFE

Ángel Montiel

Ángel Montiel

Todas las crónicas empiezan por ofrecer el contexto: 140% de inflación, el 40% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, la economía cae más allá del 3%, y mil pesos equivalen a un dólar. Y el domingo ¿quién ganó las elecciones? ¡El tal Massa, ministro de Economía del Gobierno que ha llevado a Argentina a esa situación! Para que luego digan que en la Región de Murcia votamos mal.

¿Y esto como se explica? Venía Milei, dicen algunos analistas, al modo como otros interpretaron por aquí que Sánchez sobreviviera a malas penas en las últimas generales ante el temor de que Feijóo incorporara a Abascal a su Gobierno. Si alguien cree que Abascal representa a la extrema derecha debería ver en Youtube los vídeos de Milei, que van del circo al gore. Tal y como otros se inflaman de marxismo en la interpretación literal de sus tochos, Milei va armado de las obras completas de Von Mises, con todos los topicazos radicales del liberalismo, y dispuesto a ponerlos en práctica en horas veinticuatro.

El personal argentino, vistas así las cosas, prefirió a los ineptos y corruptos peronistas, los malos conocidos, antes que al malo por conocer, un apocalíptico demoledor del Estado, mesiánico y estrafalario, no por ello menos divertido como teletertuliano, salvo si llegara a tocar poder. Que todavía podría hacerlo en segunda vuelta si los terceros en discordia, un conglomerado de oportunistas tipo Ciudadanos, azuzaran a su favor una parte de sus votos.

Están entre lo malo y lo peor. Llora por ti, Argentina, pero hazlo también por nosotros, porque estos ensayos acaban teniendo réplica, y la carcoma que roe la democracia, de tan normalizada, se acaba viralizando.

Da grima pensar a qué clase de espectáculo acaba conduciendo todo esto: una disputa entre saqueadores y farsantes que sólo acaba de empezar. Perdamos toda esperanza: no hay pertrecho.

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