Revistero murciano

Sudeste 1930-1931

Número 2 de Sudeste. Octubre, 1930.

Número 2 de Sudeste. Octubre, 1930.

Pedro Manzano

Digna sucesora de Verso y Prosa sería Sudeste, Cuaderno murciano de literatura universal. La revista aparece en julio de 1930 y solo editó cuatro números hasta julio de 1931. José Ballester, el también periodista y poeta Raimundo de los Reyes y Antonio Oliver son los encargados de ponerla en marcha. Sudeste comenzó imprimiéndose en la tipografía San Francisco, en San Nicolás 39, y acabó realizándose en los talleres de La Verdad. 

En el número 1, de julio de 1930, en «Palabras obligadas» define sus aspiraciones: «No tiene Sudeste la pretensión de llenar un hueco, ni marcar una orientación, ni siquiera crear un ambiente. Nace espontánea, porque así lo quieren las necesidades espirituales del grupo joven y bien intencionado que la impulsa, y su único anhelo está en llevar al ánimo de sus lectores estas inquietudes, en un contagio (ya imprescindible) de cordial comprensión». Un texto que hoy podría suscribir y aplicarse, letra a letra, toda revista literaria que se precie. 

Número 2 de Sudeste. Octubre, 1930.

Número 2 de Sudeste. Octubre, 1930.

En el número 2, de octubre, vuelve a reivindicarse ‘faro y periscopio’, y en el número 3, de enero de 1931, ya señala su propósito de editar una serie de volúmenes que habrán de acogerse a tres líneas de edición: ‘Varietas’, ‘Autores Murcianos’ y ‘Murcia’, indicando que el primer volumen que saldrá de imprenta será Tiempo cenital, de Antonio Oliver, en la colección ‘Varietas’. 

Contó Sudeste con la colaboración de algunos escritores de la Generación del 27 y de los cartageneros Carmen Conde y Antonio Oliver Belmás. En sus páginas resuenan las voces de jóvenes y prometedores valores: Arturo Serrano-Plaja o Leopoldo Panero. Incluso Juan Guerrero colaboraría de forma anónima (así lo señala Francisco Javier Díez de Revenga en la introducción de la edición facsímil de la revista realizada por la Real Academia Alfonso X el Sabio) en el número 3, con un hermoso texto dedicado a Jorge Guillén y su vinculación a Murcia. 

Participaron en el proyecto, aportando ilustraciones para las portadas y los interiores, Maruja Mallo, Juan Bonafé, Ramón Gaya y Luis Garay (definido por José Ballester, en el primer número de Sudeste, con motivo del comentario de la exposición que celebró junto a Garrigós en las galerías Layetanas de Barcelona, como pintor poeta).

Un proyecto que tuvo continuación editorial hasta 1936, publicando Ediciones Sudeste en sus colecciones, entre otros, tres volúmenes de gran trascendencia: Perito en Lunas, de un joven Miguel Hernández Giner, y Júbilos, de Carmen Conde, en 1933 y 1934 en la Ccolección ‘Varietas’; y El Otoño en la Ciudad, del propio Ballester, en la colección ‘Horas’, en 1936.

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