La Feliz Gobernación

El peluquero de Puigdemont

Carles Puigdemont.

Carles Puigdemont.

Ángel Montiel

Ángel Montiel

La realidad nos está demostrando que la única mayoría necesaria es la mayoría absoluta. Sola o en compañía de otros. Pero los otros suelen pedir algo a cambio de convertir lo necesario en mayoritario, y ahí empieza el lío. Que se lo digan a López Miras

No digo que se lo digan a Feijóo porque en su caso ni siquiera cuenta con la mayoría necesaria. Aunque quién sabe. Feijóo y Puigdemont son de derechas, de modo que por ahí la cosa cuadra. Y es más: ambos son también nacionalistas; el problema es que uno es nacionalista español y el otro, nacionalista catalán. Esto último es incompatible, y lo primero también, porque el quesito que debería completar esa mayoría de derechas es Vox, y Vox y Puigdemont son refractarios, y es que son dos extremas derechas que se repelen, no por ideología, sino porque en cuanto nacionalistas lo son con mapas diferentes. 

Puigdemont no puede aliarse con esas derechas, pero, en teoría, tampoco con las izquierdas, a no ser por una conveniencia táctica que prime las concesiones al nacionalismo independentista sobre la naturaleza de las políticas a desarrollar en el ámbito social. Sin embargo, las izquierdas necesitan el apoyo de la mayoría que puede proporcionarles Puigdemont precisamente para mantener políticas sociales que no son simpáticas a Puigdemont. 

Todo es pura contradicción. Y más porque en el momento de mayor debilidad electoral del independentismo catalán, éste dispone de más fuerza que nunca. ¿Por qué? Porque el partido más radicalmente independentista se ha constituido, a pesar de su receso en las urnas, en bisagra. Ha perdido peso electoral, pero ha ganado peso político. Puigdemont es como el peón adelantado que acaba acorralando al rey. Un peoncillo de nada que decide la partida. La minoría necesaria para constituir la mayoría, la visión inversa del concepto que esgrime López Miras en Murcia respecto a Vox. 

Lo peor es que Puigdemont, a pesar de todo, todavía podría tener un pase, pero su peluquero, no.

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