Tribuna Libre

PP y Vox, 'Parimonio' político

Pedro Guerrero Ruiz

Se han juntado, se han estudiado, se han unido (’pari’: dos; ‘monio’: calidad), son de la política. Hablo de PP y Vox, pero en el titular sería la calidad (buena o mala, eso lo vamos a ver ya). En el plano de la misma titularidad política, la unidad total ideológica es la misma, los conceptos, hasta el odio al adversario es el mismo. Mandan dos, Feijóo y Abascal, y el enemigo es Pedro Sánchez. Curioso: le han llegado a llamar a su partido, el PSOE, ‘sanchista’, de ahí el odio, el interés de origen nazi que «una mentira repetida y publicitada se convierte en verdad». Por eso le llaman también al presidente de España ‘mentiroso’, ‘traidor’ y ‘antiespañol’ de forma aireada por el odio. ‘Sanchismo’ es personalizar a una formación política, el PSOE, y la formación de ese enemigo del parimonio, de esa calidad desvergonzada y planificada de la pareja unida, contiene los males que le adjetivan: los bulos, las mentiras y las ocurrencias en chistes e insultos de mal gusto. Lo hacen algunos medios de comunicación, al menos dos, y también aquellos columnistas que son utilizados como dóberman sucios, de lenguaje disortográfico, cuando no de dislexias graves. Si son crónicas de televisión, son sobre todo en la 3, con ese Vicente Vallés, que empieza y termina comentarios de mal gusto que siempre van contra Pedro Sánchez, el líder socialdemócrata del socialismo español; y es capaz el locutor de hacer un resumen de esa noticia que, siempre, tiene su origen en el doble comentario contra Sánchez. 

Ahora tendrán también a Mediaset, porque la ha comprado un amigo de Aznar, el mismo que metió al expresidente en Endesa y en Atlantic, hijo de aquel que era asesor de Juan Carlos I. Y también el Grupo PRISA, porque amenazan con quedarse con El País, único diario serio en Madrid (ya que en otros territorios, como Cataluña, está el diario El Periódico, que es verdadero y serio), que puede caer en los brazos del parimonio Vox-PP.

Esta pareja de extrema derecha, porque llamarle al PP ‘de derechas y liberales’ es una broma, claro, se endurece cada día más, y eso que no ha empezado la campaña aún. Por ejemplo, donde están ya gobernando han quitado las concejalías y consejerías de la mujer, o de la igualdad, porque según el partido del parimonio, no existe el machismo, nada de género, les es ajeno. 

Quitan días, banderas y manifestaciones, y suspenden fiestas porque una chica se queda en tetas. De LGBTIQ… no, no tienen programa que no sea la derogación de sabias leyes sociales, porque tendrían que escribir en él que se acabó el aborto, y se acabó la homosexualidad, que eso se quita, según ellos, con un buen psiquiatra que explique que eso no es natural y con medicinas que hay para eso. Así lo mentaba el franquismo, y aquí aparece el nacional-catolicismo, porque tampoco les gusta la ley de la reconciliación nacional, la de la memoria histórica de verdad, enterrar a los muertos como debe ser. Y si este gobierno hace un acto en recuerdo de las víctimas, pues no van tampoco. 

Y sabemos que no les gusta ver los pobres negros y los emigrantes por la calle, ni al lado de sus casas. Y no digamos lo que piensan de los exiliados y refugiados, ni niños. 

Y sobre sus vacas, eso de vacunarlas contra la tuberculosis bovina, a las de Castilla-León, ni hablar, aunque nos enfermen a nosotros; y hacen manifestaciones para ello, y en Lorca asaltan, con los bulos del PP y Vox, el Ayuntamiento.

Este es un parimonio contra el aborto, el divorcio de mala manera, que debe ser aquel en que el macho mató a su ex.

Y nada de medio ambiente, nada. Ni nada de sanidad si no se puede pagar; ni Mar Menor, ni Doñana, ni pensiones dignas, ni EREs, sino que mejorará el capitalismo y los ricos, como ha pasado con Rajoy y Aznar, o como aquellos tiempos en que España era una finca de Franco y sus amigos, los agropecuarios ricos, y los pobres, los del ‘rento’, los señoritingos seguirán mandando en los campos, y no puedo pensar que pueda ser presidente y vicepresidente el parimonio este, tan brutal, porque, si ya estamos retrocediendo, en diez años más se cargan todas las leyes sociales, todas las ayudas sociales, toda nuestra economía para subirse los sueldos, todo lo que Pedro Sánchez, y su legítimo gobierno, han hecho y aún les queda por hacer.

Y aviso para navegantes. Soy independiente. No milito en ningún partido. Pero no soy ciego, ni sordo. Ni me creo lo que los directores de dóberman populares y ultras me dicen en sus medios y en esas redes. 

Sin embargo, creo que despertará el pueblo más pronto que tarde, antes de que vayamos a votar con la dignidad y la libertad que siempre tuvo históricamente España. Porque si no, como me ha descubierto José Haro Hernández, columnista de este diario, hace poco, «estos en los años 30 eran unas bandas de matones uniformados. En el siglo XXI, son gente votando con odio o asaltando instituciones. Es el fascismo 3.0».

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