ERRE QUE ERRE (ROCK AND ROLL)

Amor es amor

Jutxa Ródenas

Jutxa Ródenas

Tal vez un expediente disciplinario a modo de amonestación no sea suficiente para cambiar la mente del policía que actuó por iniciativa propia parando en seco un concierto, máximo exponente de la libertad, obligando a la organización del mismo a cubrir el pecho de Rocío Saiz. Al final todo sigue siendo una batalla pendiente porque nos puede parecer más o menos obsceno, estético o acertado, lo que queda claro es que queda mucho para conseguir la ansiada y venerada igualdad

Nadie salta a un campo de fútbol a tapar el torso de un jugador cuando se despoja de su camiseta, por tanto, no existe la igualdad para según que actos. 

Nuestras tetas han pasado de ser una parte más del cuerpo a convertirse en un criminal de guerra pixelado con marcas de censura. Y Rocío se convirtió por un momento en todas esas víctimas que durante años fueron agredidas por un delito de odio, fue Federico García Lorca, fue Miguel de Molina, pero en décimas de segundos también se convirtió en Tula Cossey, Elliot Page, Laverne Cox, Carla Antonelli o Bibiana, todas ellas valientes transgresoras que han llegado muy alto alterando un cambio necesario, aunque todas y cada una de ellas con una turbia historia de maltrato a sus espaldas, cabe recordar que apenas 40 años distan la derogación de la ley de vagos y maleantes, poca broma con esto.

En un mundo igualitario, reflexivo, justo y tolerante no habría porque preocuparse de quien integra las siglas LGTBIQ+, no tendríamos nada que celebrar, lo que pasa es que en el estándar de la normalidad del mediocre de mente obtusa una transformación paradójicamente hacia quien eres, asusta.

El amor de dos iguales asusta al que jamás descubrió una promesa tranquilizadora, al irrespetuoso que nunca brillará en la oscuridad de un corazón repleto de miseria. ‘Filofóbicos’ de cuna, tibios que olvidaron el placer de experimentar y creer en la identidad inexplorada de las vidas no vividas, en las que no habita el sufrimiento ni la decepción de volver a resurgir tras una renuncia. 

Cuándo en tu vida solo hay claroscuro no puedes tener la hombría, ni la decencia ni los ovarios de ondear una bandera que es rosa sexualidad, rojo vida, naranja salud, amarillo luz del sol, verde naturaleza, turquesa magia y arte, azul serenidad y violeta espíritu. Ese mástil les queda enorme.

Para romper tabús hace falta un gran desarrollo intelectual y mucho esfuerzo. Esto va de estar de parte de almas cargadas de quebrantos e ideales para ser libres, se llama progreso y transformación, valores y dignidad. Se llama respeto a la gente que; contra viento y marea, aun habiendo sido sometidos, condenados, reprimidos y ultrajados a lo largo de la historia, están celebrando la alegría y la diversidad poniéndose el mundo por montera y gritando al mundo entero que «Amor es amor».

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