Día Internacional de la Enfermería

Jutxa Ródenas

Jutxa Ródenas

La llamada profesional, la humanitaria, conforma lo que al final se convierte en nuestra vida. La que algunas tuvimos el privilegio de elegir y con un extra de esfuerzo nos abre la senda de las oportunidades. Ningún trabajo que nos haga pasar tantas horas diarias a sus pies debería realizarse sin vocación. Pocos son los que entienden porqué cada cual avanza o se estanca en el desarrollo de su vida a cualquier nivel, y demasiados los que se piensan orientadores de las mismas. Al final lo que cuenta es tener un objetivo que alcanzar; lo contrario, como quien se casa con el desamor, sería trágico. Cuando llega ese final, sólo tus seres queridos sujetarán tu mano, menos si quién está a tu lado es por esa bendita vocación, enfermera.

Las sanitarias de las que tanto hablo en mis columnas, esos ángeles terrenales que cuando el desconsuelo, la angustia , el frío o el miedo nos invaden, siempre están a pie de calle con la firme disposición de demostrar que el sufrimiento es menor si alguien te tiende la mano, te acompaña y tranquiliza sin ser un familiar directo siempre mostrando una dedicación total y profunda. Y aunque cada día se debería homenajear a quien una vez nos acompañó en un duro momento, mañana viernes 12 de mayo es el día de su merecido reconocimiento, aunque estoy segura que no por ello ninguna de ellas dejará de mostrar su constante apoyo al prójimo para ir a celebrar esa grandeza que abarca corazón, conocimiento, humanismo y fortaleza, desempeñando una labor impagada, la que nunca nadie haría por nadie. 

Y, como siempre, me asaltan mil canciones, pero me quedo con esta que además es divertida, que mejor y contradictorio himno que I Wanna Be Sedated de Ramones (Road to ruin, 1978) para paliar una situación desesperada. Perdonen que no me venda a la ñoñeria de cualquier versión. En la canción la banda pide ser anestesiada puesto que Joey y Dee se sentían inhibidos como contemplando un desfile de pintorescos y extraños personajes acelerados acelerados en sus movimientos hasta acabar cambiando a un canal en el que aparece la solemne película con la que toda sanitaria se siente plenamente identificada, Johnny cogió su fusil (Dalton Trumbo, 1971)

Casi todos sabemos la historia, pero fue el papel de su enfermera, su cuidadora, que mediante pequeñas acciones a lo largo de la historia consigue que el soldado vuelva a la vida y sienta que no está solo. En todo momento la voluntad de esa mujer no fue otro que salvar una vida, activarla. Jamás se le pasó por la cabeza la idea de abandonar, y esa es nuestra esencia. Feliz día internacional de la Enfermería.

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