La Feliz Gobernación
La verdad de una mentira
Hace un par de días, en una asamblea convocada por Vox en la pedanía de Patiño, la presencia de Ros y Herrero provocó que los recibieran al grito de 'corruptos'
Me encuentro por la calle a un importante miembro de la dirección regional del PP, nos sentamos en una terraza a tomar una cerveza, y se me ocurre gastarle un bromazo: «No digas nada, pero mañana La Opinión dará en portada la gran noticia». «¿Qué noticia?», responde con gesto de intriga. «Que en la lista de Vox al ayuntamiento de Murcia, Miguel Ángel Cámara va de número tres». En vez de, como yo esperaba, responder a la ocurrencia con una risotada, observo que se queda rígido, estupefacto, y cuando despierta del pasmo echa mano al móvil y se dispone a hacer una llamada. «¡Quieto ahí!», lo sujeto, «te he dicho que no podías decir nada». «Tengo que informar», dice, «tengo que informar de inmediato». Con el número a medio marcar, le advierto: «Si llamas vas a hacer el ridículo, porque es falso; era una broma». Conseguí a malas penas que desistiera, pero no quedó convencido de que le estuviera diciendo la verdad, y durante la media hora que compartimos no dejó de insistir: «¿Me tengo que creer que no vais a publicar eso?». «¡Pero si me lo acabo de inventar!», le subrayaba.
El problema no es que este directivo popular sea excesivamente crédulo, sino que lo que le conté como chiste podía tener para él y para otros dirigentes de su partido indicios de verosimilitud. Y es que desde hace semanas dos exconcejales de Cámara, José Ros y Cristóbal Herrero, alias El Nabo, han tomado tierra en Vox, el primero poco menos que haciendo las veces como de jefe de campaña, y hay testimonios sobre que permanencen en constante contacto con el exalcalde del PP. Esta irrupción de expopulares con aires de mando en Vox está generando una cierta irritación entre muchos de quienes ya militaban en ese partido y parece que es la causa principal, no sólo en Murcia, sino también en otros municipios, de las disidencias que se están produciendo. Quienes vienen haciendo la mili en Vox se resisten a ser suplantados o a recibir indicaciones de los sobrevenidos desechos de tienta del PP.
Sin ir más lejos, hace un par de días, en una asamblea convocada por Vox en la pedanía de Patiño, la presencia de Ros y Herrero provocó que los recibieran al grito de ‘corruptos’, y el acto acabó en tangana.
Miembros de Vox aseguran que los camaristas promueven «la venganza contra Ballesta» como leitmotiv de la estrategia electoral, lo que coincide con la actitud que mantiene el exalcalde Cámara, preocupado desde que abandonó La Glorieta de que su sucesor a su pesar no tuviera recorrido.
En la dirección del PP están convencidos de que Cámara ‘está detrás’ de quienes fueran sus concejales, cuya misión en Vox sería intentar traspasar a éste el poder residual en pedanías que aún pudiera manejar el camarismo a fin de evitar una mayoría solvente de Ballesta. De ahí que un chiste disparatado lograra ser tomado como algo perfectamente creíble.
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