AL VUELO

No me toques el pito

Lucía Perán Alcázar

Lucía Perán Alcázar

Que nadie se escandalice por lo que les voy a decir, a todos nos pasa, más o menos a menudo, pero nos pasa. Así que no se vuelvan las cabezas hacia el lado del disimulo, porque todos, en ocasiones, nos vemos desbordados por la humanidad. ¿A qué me refiero? Pues a esos días en los que oyes tantas voces, sueltas tantas palabras, te rozas con tantas personas y resistes tantos embistes, que al final del día buscas silencio y soledad. ¿A que sí? Es como si estás todo el día amasando pan y al llegar a casa te piden, con cara de ilusión infinita, que prepares una masica para pizza. Es entonces, cuando te invaden todos los demonios y te muerdes las ideas. Pues igual. Después de un día de invasión personal, llegas a casa y lo único que quieres es aislamiento. ¿Cómo solucionarlo? Pues la solución tiene que partir de algo que no gusta y que es asumir que nosotros también hacemos ruido. Por cierto: ¿Hay medicina para los que en el coche no se resisten a pitar? Se me ocurre una, pero ponerla en práctica hace ruido y hay que predicar con el ejemplo.

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