Carta de un expresidente

A garrotazos

Alberto Garre

Alberto Garre

Duelo a garrotazos, llevada a cabo por el pintor aragonés entre 1819 y 1823, constituye la encarnación o preludio de las dos Españas que acabó en la Guerra Civil. Goya nos dejó el 16 de abril de 1828, pero el problema español sigue vivo, y cuando durante la transición razonadamente se relegó, otros memorizan sus restos para que la barbaridad continúe.

La contienda fratricida ya no se circunscribe, como entonces, a la lucha por el poder del Gobierno de la nación entre conservadores y progresistas, se ha ampliado a la violencia que se practica en el seno interno de los partidos. Hoy, los actores del cuadro político nacional se representan también en la agresividad de Casado contra Ayuso, de Olona contra Abascal, de Felipe y Guerra contra Sánchez y de Ione Belarra o Irene Montero contra Yolanda Díaz.

Si Francisco de Goya tuviese que expresar hoy la situación política de España, su Duelo a garrotazos necesitaría un espacio mucho más amplio para representar a todos los personajes de la. actualidad política nacional que hacen imposible la convivencia democrática.

En esta situación, Vox ha anunciado que registrará una moción de censura el próximo lunes, día 27, con un candidato independiente, Ramon Tamames.

Nacido en Madrid en 1933, Tamames, catedrático de Economía, tiene una amplia trayectoria política, habiendo transitado por el PCE de Carrillo, el PSP de Tierno Galván y el CDS de Adolfo Suárez, hasta encabezar en la actualidad la moción de censura de Vox.

La iniciativa parlamentaria reúne los requisitos legales, es política y socialmente necesaria, pero tengo dudas sobre si, a tres meses de unas elecciones, tiene el don de la oportunidad. De ahí que Feijóo se haya adelantado a decir: «La moción de censura será el próximo 28 de mayo».

Con independencia del grado de oportunidad política, que dudo, y del resultado de la votación, que nadie duda, me asaltan otros interrogantes sobre la moción de censura de Vox: ¿Será una moción de censura a Pedro Sánchez para ofrecer al pueblo una radiografía de su Gobierno o un diagnóstico en clave electoral para Feijóo y el PP? ¿Que postura adoptará Sánchez ante las seguras críticas que suscitará el debate por las nefastas leyes del ‘solo sí es sí’ o la ‘ley trans’? ¿Seguirá admitiendo los errores de su ministra? ¿Como responderá Podemos a la posición de Sánchez?

Entretanto, fuera del hemiciclo, pero con segura resonancia en él, Olona seguirá entonando el Yo no soy esa, emulando a nuestra paisana caravaqueña Mari Trini (q.e.p.d.).

En este estado de reflexiones nada parece indicar que los portavoces de los grupos parlamentarios, ni de izquierdas ni de derechas, vayan a moderar las malas formas exhibidas a lo largo de la legislatura, que bien podría acarrear una lucha de todos contra todos, un autentico galimatías parlamentario, eclipsando, lo que a mi juicio, interesa al pueblo español, un relato independiente sobre la actuación del Gobierno que solo Tamames puede ofrecer.

Don Ramon pudiera convertirse, al margen de la votación, en el Cicerón español del siglo XXI, en el autor de unas nuevas Catilinarias atronadoras en el Congreso de los Diputados, 2070 años después de que Marco Tulio lo hiciera en el Senado de Roma. No ganará, pero sí puede convencer.

No tengo ninguna duda de que a sus 89 años y sin problemas de estómago, el candidato ya no está para imposturas. Su discurso, alejado de las rígidas disciplinas de los partidos y grupos parlamentarios sometidos a lo que se ha dado en llamar partitocracia, cuyo lema es calla, vota y cobra, puede regenerar, siquiera por el tiempo de que disponga en la tribuna, el parlamentarismo español y la función fiscalizadora que las Cortes Generales vienen obligadas a ejercer sobre el poder ejecutivo.

La pintura no tiene hoy un Goya capaz de representar la visión que de la política tiene el pueblo, pero eso no nos impide albergar la esperanza de que un español pronuncie en el templo de la democracia un discurso que realmente le represente. Ojalá acierte, la moción habrá merecido la pena.

Suscríbete para seguir leyendo