Tiempo y vida

Cantos de Visera, 1912

Miguel Ángel Mateo Saura

El descubrimiento que hace Julián Zuazo Palacios en 1912 de pinturas rupestres en dos pequeñas covachas del Monte Arabí de Yecla supone el inicio de la investigación del arte rupestre prehistórico en la Región de Murcia. El hecho se enmarca en un momento de efervescencia en la búsqueda de arte rupestre, propiciado por el hallazgo en diciembre de 1910 de las pinturas de la Cueva de la Vieja, en la vecina localidad albaceteña de Alpera, por parte de Daniel Serrano Gómez. En un breve espacio de tiempo, se descubren tres yacimientos más en Alpera, y en la también cercana Ayora (Valencia) es Aurelio Sánchez Bedmar quien encuentra las pinturas de Tortosilla.

En este contexto emerge la figura de Julián Zuazo Palacios, abogado de profesión pero cuyas verdaderas pasiones eran la Filatelia y la Arqueología. De hecho, llegó a ser presidente de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria, miembro de la Real Sociedad Geográfica e, incluso, fue Comisario Local de Excavaciones Arqueológicas de Montealegre del Castillo. Su implicación por garantizar la conservación de las pinturas que él mismo había descubierto le llevó a comprar la finca en la que se encuentran, con el fin de protegerlas mediante la colocación de una verja de hierro y una puerta que limitase el acceso.

El hallazgo de estas pinturas, que pasarán a ser conocidas como Cantos de Visera, despierta el interés de los principales investigadores de la época. Hasta allí acuden Henri Breuil, que trabaja para el Instituto de Paleontología Humana de París, y Juan Cabré, colaborador de Breuil, pero que en estos momentos ya pertenece a la recién creada Comisión de Exploraciones Espeleológicas que, desde mayo de 1913, pasa a denominarse Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, dependiente del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Aunque Breuil y Cabré visitan juntos Cantos de Visera, su relación, iniciada en 1908, ya es algo distante, hasta el punto de que cada uno terminará haciendo su propio estudio de las pinturas y lo publicará por separado. Mucho se ha escrito acerca del por qué de la ruptura entre ambos investigadores, pero lo cierto es que, a pesar de que Breuil acusó a Cabré de deslealtad, culpándolo de haberse querido apropiar de algunos descubrimientos en Andalucía, las causas fueron variadas. El ingreso de Cabré en la Comisión española, lo que suponía el abandono del Instituto francés, las malas relaciones de Breuil con el Marqués de Cerralbo, valedor de Cabré y director de la Comisión, el cambio de la Ley de Excavaciones Arqueológicas en 1911, que concedía mayor protagonismo a los investigadores españoles en detrimento de los extranjeros, o que Cabré hiciera sus propios estudios, fueron algunas de las razones que contribuyeron al enfriamiento y mala relación final entre ambos.

La autoría del descubrimiento de Cantos de Visera también estuvo rodeada de una falsa polémica. Breuil siempre insistió en que fue uno de sus colaboradores, Miles Burkitt, quien encontró las pinturas en 1914. Él decía haber estado en la zona un año antes, llegando a avistar de lejos las cavidades rocosas, pero que la presencia de un cazador le aconsejó abandonar la búsqueda sin llegar hasta ellas, por lo que fue Burkitt quien, al regresar el 2 de abril de 1914, las encontraría finalmente. No obstante, los datos que conocemos desmontan el relato del investigador francés. Así, Amador de los Ríos, director del Museo Arqueológico Nacional, ya visitó las cuevas en 1912, en compañía de Julián Zuazo, mientras preparaba el Catálogo de los Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Albacete. Ello invalida la fecha de 1914 apuntada por Breuil y su autoría. Entonces, ¿por qué crear confusión? Tal vez haya que encuadrar este hecho en la situación de tensión que vivían no tanto Breuil y Cabré sino, sobre todo, las dos instituciones a las que pertenecía cada uno de ellos.

Más allá de polémicas y desavenencias entre autores, que será algo que se repetirá más veces a lo largo de la historia, el descubrimiento de las pinturas de Cantos de Visera despierta el interés por el arte prehistórico e inaugura su investigación en la Región de Murcia. En los más de 110 años transcurridos desde entonces, el estudio del arte rupestre en Murcia ha vivido momentos álgidos, con numerosos descubrimientos y publicación de trabajos, pero también ha habido periodos no tan fructíferos, de largos silencios. En todo caso, a día de hoy conocemos más de un centenar de yacimientos con arte rupestre prehistórico, que pertenecen a los distintos estilos que han existido durante la Prehistoria, desde el primer arte, el Paleolítico, hasta el más reciente, el Esquemático.

En el siguiente capítulo de nuestro viaje (el próximo viernes) nos acercaremos a ese arte más antiguo. Conoceremos sus características principales, dónde se encuentra, qué animales se representan o qué papel desempeña la figura humana.

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