El blog del funcionario

Siete años de incumplimiento en función pública

Miguel H. Valverde

Miguel H. Valverde

Siete años se han cumplido desde que el Gobierno regional firmaba con los sindicatos el acuerdo del 6 de octubre de 2015, junto a las organizaciones sindicales FSES (ANPE), FSES (SATSE), UGT y CESM para la mejora del empleo público.

Un acuerdo en el que como punto estrella, junto a la «mejora del empleo público, reducción de la temporalidad, la promoción interna y la recuperación de las condiciones de trabajo», se comprometían en el plazo de dos meses los firmantes, «al desarrollo de un nuevo modelo de función pública». Una norma que «perseguirá un triple objetivo: la mayor profesionalización, la eficiencia del empleo público y la regulación de aspectos fundamentales de las condiciones de trabajo del personal como la carrera profesional, la evaluación del desempeño, código ético, etc., una mayor eficacia en el funcionamiento de la Administración regional».

Siete años después no solo no existe dicho documento, sino que hemos visto que organismos tan esenciales como el SEF o el IMAS siguen viendo cómo todas sus estructuras y empleados públicos en vez de aumentar, disminuyen, y cómo la calidad del servicio público ha perdido toda capacidad de mejora.

Siete años donde la función pública sigue actuando como si estuviéramos en los años 80 del pasado siglo, sin apenas avances en materia de eficacia, eficiencia y sobre todo, huérfana de creatividad. Siete años en que hemos visto cómo miles de empleados públicos se han ido llenos de experiencia y conocimiento al banquillo de los jubilados con una simple carta de agradecimiento. Siete años en los que no solo no hemos avanzado, sino que hemos retrocedido, pues a nuestro propio anquilosamiento, le sumamos los vicios que la edad y el inmovilismo lo hacen suyos.

Ahora se anuncia un nuevo Plan Estratégico de la Región de Murcia 2030, cuando nadie ha presentado la más mínima conclusión de los anteriores; llevamos cuatro, más aún, ni tan siquiera nadie ha salido a explicar lo que pasó con aquel famoso Plan de Estrategia por el Empleo de Calidad 2017-2020, que pretendía sentar las bases del diálogo con patronal y sindicatos y cuyos principales objetivos eran crear unos 55.000 puestos de trabajo y reducir la tasa de paro casi cinco puntos. Lustros después, los agentes sociales siguen acudiendo ávidos y veloces a fotografiarse a Palacio; lo mismo anuncian huelgas un día que al siguiente se sientan a firmar Planes Estratégicos cuando los datos reales nos dicen que la temporalidad y la precariedad siguen siendo señas de identidad de nuestro modelo laboral.

Asegura el dicho popular que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra; alguien debería añadir que los murcianos y murcianas somos la única sociedad que permite que se rían de nosotros tres, cuatro y hasta cinco veces en nuestra cara’.

Hace veintitrés años se aprobaba el Plan de Desarrollo Regional 2000–2006, que no era el primero, por cierto. ¿Saben lo que se proponía, entre otras muchas cosas? Les refresco la memoria.

«Gestión integral del Mar Menor. Saneamiento del Mar Menor y el litoral sur. Regeneración y recuperación de la Bahía de Portman. Plan contra la contaminación atmosférica. Plan metropolitano del transporte público en Murcia. Completar la red viaria de autovías’. Conexión con la red de alta velocidad. Programa de adaptación al cambio climático. Financiación para la escolarización de 0 a 3 años. Potenciar un Plan de Empleo Juvenil. Potenciar la calidad de la enseñanza, Promover Políticas Activas de Empleo».

Han pasado veintitrés años de aquel Plan y seguimos con las mismas demandas. Con el sector agrícola manifestándose, veinte años después también, contra quienes quieren acabar con el Tajo Segura, con el nudo de Espinardo que se atraganta a miles de conductores cada día, con una contaminación que nos asfixia, con un Mar Menor que lleva décadas moribundo, con un Servicio de Empleo Público desmantelado, con Portmán esperando un milagro y con una educación pública que hace aguas por demasiadas partes.

Pero, bueno, bienvenido el nuevo Plan Estratégico 2030, que siempre llega a la Región en navidad en forma de Carta a los Reyes Magos. Por creer que ellos, en Sus Majestades me refiero, que no sea.

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